La DGT lleva años luchando contra una de las estafas más extendidas y dañinas del mercado de segunda mano: la manipulación del cuentakilómetros. Lo que popularmente se conoce como «afeitar kilómetros» no es una picaresca menor, sino un fraude en toda regla que, según investigaciones del sector, podría afectar a casi uno de cada cuatro vehículos de ocasión con una antigüedad de entre tres y cinco años. Este engaño deliberado no solo supone un grave perjuicio económico para el comprador, sino que también entraña serios riesgos para la seguridad vial, al adquirir un coche con un desgaste real muy superior al que marcan sus indicadores.
La compra de un coche usado es un momento de ilusión para muchas familias, pero también de incertidumbre. La confianza en el vendedor es clave, y es precisamente ahí donde los estafadores encuentran su caldo de cultivo. La tentación de rebajar 50.000, 100.000 o incluso más kilómetros del odómetro es demasiado grande para quienes buscan un beneficio rápido y fácil, convirtiendo una aparente ganga en una futura ruina mecánica y económica para el comprador desprevenido. Por ello, conocer las trampas y, sobre todo, los perfiles de vehículos más susceptibles a esta manipulación, es la mejor defensa que puede tener el consumidor.
3LA ‘LISTA NEGRA’ AL DESCUBIERTO: LOS PERFILES MÁS MANIPULADOS

Aunque la estafa puede afectar a cualquier modelo, la experiencia y los datos de las fuerzas de seguridad y de la propia DGT dibujan una «lista negra» de perfiles que son especialmente susceptibles a esta trampa. En primer lugar, se encuentran las berlinas de gama alta de marcas alemanas. Estos vehículos, a menudo importados de mercados como Alemania o Bélgica, son muy atractivos, pero suelen acumular una enorme cantidad de kilómetros en pocos años. Son coches robustos y bien construidos, cuyo valor de reventa se dispara si consiguen rebajar artificialmente su odómetro en cien o doscientos mil kilómetros, haciendo que el desgaste interior sea la única pista visible del engaño.
El segundo grupo de riesgo lo constituyen los vehículos procedentes de flotas de empresa o de alquiler. Furgonetas, vehículos comerciales y coches de renting acumulan kilometrajes muy elevados en sus primeros años de vida. Una vez finaliza el contrato, muchos acaban en el mercado de segunda mano. Para hacerlos más atractivos al comprador particular, el engaño busca hacerlos pasar por vehículos de uso particular con poco trote, rebajando drásticamente una cifra que podría asustar al potencial cliente. Finalmente, los modelos compactos y utilitarios más populares y vendidos también están en el punto de mira, ya que su alta demanda en el mercado de ocasión los convierte en un objetivo fácil para los estafadores.