El verano de 2025 está siendo especialmente complicado para Isabel Pantoja, una de las voces más emblemáticas y reconocidas de la música española, que se ha visto envuelta en una situación que trasciende lo artístico para situarla en el centro de una crisis personal, legal y patrimonial de gran magnitud. La cantante se encuentra actualmente encerrada en España debido a una medida impuesta por Hacienda que le prohíbe abandonar el país. Esta restricción ha supuesto un golpe inesperado a sus planes y ha complicado notablemente su futuro tanto profesional como personal. La decisión se basa en la inclusión de Isabel Pantoja en la lista oficial de grandes deudores de la Agencia Tributaria, con una deuda que supera el millón de euros, concretamente 1.009.253,55 euros. En Merca2 hemos investigado y sabemos la verdad.
1La situación económica de Isabel Pantoja

Esta situación fiscal no solo representa un problema económico, sino que también acarrea una serie de medidas cautelares restrictivas sobre su libertad de movimiento. Hacienda ha solicitado y obtenido que Isabel Pantoja no pueda salir del país sin autorización expresa, ni siquiera para desplazamientos internos dentro de España. Esto ha trastocado completamente su agenda y sus proyectos inmediatos, obligándola a mantenerse en territorio español en contra de sus deseos. La artista, que tenía planeado realizar un cambio radical en su vida mudándose a República Dominicana, ve ahora cómo sus planes quedan paralizados por estas restricciones oficiales. Su intención era desde allí organizar una gira de conciertos en Latinoamérica para celebrar el 50º aniversario de su carrera musical, un evento con el que buscaba relanzar su trayectoria y abrir nuevos horizontes.
Además de este bloqueo que afecta a su movilidad y proyectos profesionales, Isabel Pantoja enfrenta otra difícil realidad relacionada con su vivienda. En los próximos días debe abandonar la finca madrileña de La Finca, donde residía desde hace dos años, sin tener un nuevo alojamiento confirmado, sumergiéndose en un estado de incertidumbre que afecta a su estabilidad vital. La emblemática finca Cantora, su histórico refugio en Sevilla, ya no está a su nombre, sino que ha pasado a estar gestionada por un fondo inversor, lo que representa para Isabel la pérdida de un espacio muy significativo en su vida personal y profesional. Estas circunstancias, junto con el conflicto económico y legal, dibujan un panorama especialmente adverso que no solo pone en jaque sus proyectos sino también su tranquilidad emocional.