lunes, 28 julio 2025

La implantación del 5G en Europa sigue siendo lento aunque acelera en España

El despliegue del 5G en Europa está avanzando, pero lo hace a ritmos desiguales entre los distintos países. Aunque la tecnología promete revolucionar la conectividad, el continente aún enfrenta obstáculos estructurales y regulatorios que frenan su adopción plena.

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Mientras tanto, España emerge como uno de los líderes en el desarrollo de esta red, avanzando a un ritmo más ágil que la media europea.

Según un reciente informe de Ookla, elaborado a partir de datos de Speedtest Intelligence, la media de conexión móvil a través de redes 5G en la Unión Europea alcanzó el 44,5% del tiempo total en el segundo trimestre de 2025.

Este dato muestra una clara mejora respecto al 32,8% registrado un año antes, pero también refleja una profunda disparidad entre los Estados miembros, derivada en gran parte de las decisiones políticas adoptadas por cada uno.

Cobertura y diferencias entre países en el uso de 5G

Los datos revelan que la cobertura de 5G mejora de forma generalizada en Europa, pero sigue habiendo una fuerte fragmentación. Más allá de factores geográficos o demográficos, las diferencias responden principalmente a la ambición y ejecución de políticas públicas.

Países como Finlandia, Suecia o Alemania presentan ratios de cobertura superiores al 60%, mientras otros apenas superan el 30%.

España, por su parte, ha logrado posicionarse como uno de los países con mayor aceleración en la implementación de 5G. Con un uso del 5G SA (Standalone) cercano al 8%, supera ampliamente la media de la UE, situada en apenas el 1,3%.

Este tipo de red independiente permite aprovechar al máximo las capacidades del 5G, como una latencia ultrabaja o el uso eficiente de recursos para sectores como la industria, el transporte o la sanidad digital.

Las políticas públicas marcan el rumbo del 5G

Aunque todos los países europeos, salvo Malta, han finalizado la asignación de las bandas pioneras del 5G (700 MHz y 3,4-3,8 GHz), el ritmo del despliegue es muy irregular. Algunos Estados están invirtiendo en el desarrollo urbano con tecnología mmWave (26 GHz), mientras otros aún no han consolidado su red en zonas rurales.

Esta fragmentación supone un riesgo para los objetivos de la estrategia de la Década Digital 2030, que busca una cobertura completa de 5G en exteriores para toda la población de la UE antes de final de la década.

En España, el impulso del 5G ha estado respaldado por una combinación de inversión pública y privada, así como por proyectos específicos cofinanciados por fondos europeos.

El país ha logrado mejoras importantes tanto en zonas urbanas como en áreas menos pobladas, lo que contribuye a cerrar la brecha digital y avanzar hacia una conectividad más inclusiva.

Europa ante el desafío de la competitividad digital y el 5G

Las disparidades internas en el despliegue del 5G amenazan con debilitar la competitividad digital de Europa frente a otros actores globales. Mientras China alcanza niveles de adopción del 5G SA del 80% y Estados Unidos roza el 20%, la mayoría de los países europeos aún se encuentran en fases muy preliminares.

Este desfase tiene implicaciones importantes para sectores clave como la automoción, la logística o la salud conectada, que requieren redes de nueva generación para desarrollar modelos de negocio más eficientes y sostenibles. En este sentido, el papel del 5G no es solo tecnológico, sino estratégico para el crecimiento económico.

España destaca por su dinamismo en la implementación de redes 5G privadas para empresas, así como por la colaboración entre operadores y administraciones públicas.

Estas redes específicas permiten desarrollar aplicaciones adaptadas a necesidades concretas, como la automatización industrial, el control remoto de maquinaria o la gestión inteligente de infraestructuras.

Iniciativas para acelerar la transición a 5G

La Comisión Europea es consciente del reto que supone armonizar el despliegue del 5G en todo el continente y ha lanzado diversas iniciativas para facilitarlo. Entre ellas destacan el Gigabit Infrastructure Act y el Digital Networks Act, normativas que buscan agilizar la inversión en redes de alta velocidad y mejorar la coordinación entre países.

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Además, se están canalizando fondos a través de programas como CEF Digital o SNS-JU, centrados en la investigación, la innovación y la integración de nuevas tecnologías de conectividad. Estas herramientas son esenciales para recuperar el terreno perdido frente a competidores internacionales y cumplir los compromisos de conectividad universal.

Aunque la media europea aún se encuentra lejos de los niveles deseados, el ejemplo de España demuestra que es posible avanzar rápidamente con políticas claras, inversión continua y visión de largo plazo. La implantación del 5G no solo es una cuestión de infraestructura, sino una apuesta por el futuro digital de toda la región.


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