Una nueva vida continúa cosechando cifras estratosféricas en España y mantiene en vilo a millones de telespectadores cada domingo con nuevos capítulos. En el capítulo 46 se produce una verdadera batalla. La historia de Seyran y Ferit, entrelazada como dos hilos para laberinto, que se tejen con amor, amor y lealtades comprometidas, se sitúa después de todo el ciclo en la tendencia que lleva a uno de sus puntos álgidos más decisivos.
1EL PESO DE LOS SECRETOS EN UNA NUEVA VIDA

El motor de la historia de Una nueva vida palpita intensamente entorno a Ferit, un hombre que ha aprendido demasiado tarde a qué precio se vive de medio lado. El escándalo del embarazo de Pelin es un gigantesco estallido que, lejos de lanzar por los aires cualquier posiblidad de paz personal, destierra todo lo que Ferit y su juventud han querido enterrar, como un garabato en las páginas de su vida. Şehmuz, aplastante, lo amedrenta con el ultimátum: divorcio inmediato, nueva boda.
Ferit, sin embargo, no se dejará amedrentar con facilidad. Sabe que Seyran le provoca emociones que van mucho más allá del desdén, aunque su amor esté ahogado en silencios y verdades a medias. El problema es que ya no puede hacerse cargo del tiempo ni de los acontecimientos. Seyran, cada vez más suspicaz, ha visto las imágenes que informan de la relación con Pelin, y esos silencios simbólicamente estirados, amenazan con agrietar la relación desde lo más hondo.
La historia que cuenta Ferit no es la de un villano sino la de un hombre a caballo entre el deseo de ser libre y la responsabilidad que le da pertenecer a una familia que no perdona errores ajenos. Intentando encontrar una salida a su situación con la figura de su abuelo, Halis, se va a encontrar con una realidad que no podrá eludir: para poder salvar lo poco que haya de una relación con Seyran habrá de enfrentarse a las consecuencias de lo que ha hecho. Pero ¿qué ocurre cuando el decir la verdad puede hacer más daño que la propia mentira?