¿Creías que un simple paseo con tu mascota por el jardín era inofensivo? El verano convierte el césped y los arbustos en verdaderas guarderías de garrapatas, y lo peor es que pueden colarse en tu casa sin que lo notes. Un descuido te expone a enfermedades que tardan semanas en revelar sus síntomas. Lo que nadie te ha contado sobre garrapatas puede cambiar tu rutina de cuidado para siempre.
En los próximos minutos descubrirás por qué estas plagas eligen precisamente la estación más cálida para atacar, qué señales no puedes ignorar y los trucos que mantendrán a raya a las garrapatas en tus perros y gatos. Prepárate, porque tu mascota —y tu bolsillo— te lo agradecerán.
1Explora cada rincón peludo

Cuando las garrapatas se aferran al pelo, suelen esconderse en zonas de difícil acceso, donde ni la vista ni el olfato llegan a tiempo. Cada mañana, dedica unos minutos a palpar detrás de las orejas, alrededor del cuello y entre los dedos de tu mascota; esas áreas son su refugio favorito. Encontrarás que un par de segundos de inspección diaria puede librarte de un gran disgusto.
No subestimes el poder de la observación: las garrapatas adultas pueden ser tan pequeñas como un punto o tan grandes como un guisante cuando se hinchan. Con la rutina adecuada al salir del parque, notarás cualquier bulto extraño antes de que pase a tu alfombra y a tu familia.