sábado, 26 julio 2025

El escándalo de Alejandra Rubio y Carlo Costanzia tras pasar por la cárcel de Turín

Alejandra Rubio y Carlo Costanzia han vuelto a colocarse en el centro de todas las miradas, esta vez por un episodio que mezcla viaje internacional, polémica mediática y fuertes sospechas de negocio con su vida privada. La hija de Terelu Campos y el primogénito de Mar Flores viajaron recientemente a la ciudad italiana de Turín, un destino que podría haber pasado desapercibido de no ser por el motivo de su visita: acudieron a la cárcel donde actualmente se encuentra preso Pietro, hermano de Carlo, para verle en una visita familiar. Sin embargo, lo que debería haber sido un gesto íntimo y privado ha derivado en una tormenta mediática de gran calado, en la que los protagonistas han sido acusados de haber vendido las fotos de ese mismo viaje.

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Carlo Costanzia, señalado

Desde la agencia que distribuyó las imágenes insisten, en cambio, en que las fotos son robadas, un “auténtico trabajo de paparazzi”, y niegan cualquier acuerdo previo con los protagonistas. Sin embargo, otras voces sugieren que incluso podría tratarse de un acuerdo particular entre el fotógrafo y alguno de los implicados, sin que la agencia tenga conocimiento. Tampoco se descarta que haya sido Carlo Costanzia quien, sin que Alejandra lo supiera, hubiera orquestado el supuesto posado, algo que en el entorno del joven no parecería del todo extraño teniendo en cuenta su historial. El misterio permanece, pero la coincidencia de gestos, tiempos y declaraciones en televisión hace que la versión del posado pactado resulte más que creíble para buena parte del público.

Desde la publicación de la portada, la pareja no ha vuelto a dejarse ver junta en público, un detalle que ha servido para apuntalar la teoría de que todo estaba cuidadosamente calculado para no “quemar” el contenido publicado. Si se hubieran expuesto de nuevo ante los medios inmediatamente después de las fotos, podrían haber restado interés y valor a esa exclusiva, lo que refuerza la sospecha de que el silencio y la desaparición temporal forman parte del mismo guion mediático. Como en otras ocasiones, el silencio post-portada es casi tan revelador como la propia imagen publicada.


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