Karlos Arguiñano no necesita dar una presentación. El carismático chef vasco ha sido un gran problema para miles de personas, mostrándoles no solo cómo cocinar, sino también cómo vivir la vida en la cocina de una manera súper amigable.
Mucha gente no se da cuenta de que, aparte de las cámaras, su almohadilla Zarautz realmente muestra su ambiente: tiene esa sensación de vieja escuela, hogareña, se siente como un abrazo cálido, y la cocina es solo.
6Un hogar para vivir, no para mostrar

A diferencia de un montón de casas famosas que se trata de verse bien en las revistas, Arguiñano está construido para vivir, para disfrutar realmente de las cosas cotidianas los materiales, cómo se extienden y las pequeñas cosas que lo hacen funcionar y se ve bien.
Cada esquina trae un ambiente acogedor y una sensación de unión, no hay excesos, sino equilibrio. Y eso es algo que notarás también, especialmente con la forma en que cocinan en la televisión, es como una cocina casera, ¿sabes? Se trata de la práctica, las vibraciones cálidas, la buena iluminación.