Karlos Arguiñano no necesita dar una presentación. El carismático chef vasco ha sido un gran problema para miles de personas, mostrándoles no solo cómo cocinar, sino también cómo vivir la vida en la cocina de una manera súper amigable.
Mucha gente no se da cuenta de que, aparte de las cámaras, su almohadilla Zarautz realmente muestra su ambiente: tiene esa sensación de vieja escuela, hogareña, se siente como un abrazo cálido, y la cocina es solo.
10Una casa que refleja una filosofía

La casa de Karlos Arguiñano es genial no solo por cómo se ve o dónde está, sino que realmente muestra su forma de vida: mantenerse fiel a la verdadera oferta, la escena local y lo que realmente es importante. Y de eso se trata: familiares, amigos, buena comida, respeto a la naturaleza y eligiendo la simplicidad.
No se trata de tener las cosas más nuevas o los extras elegantes, todo en tu casa es súper práctico y lleno de amor. Es un lugar que se ha reunido para ser súper duradero, para ser divertido, para ser vivido con energía y calma a la vez.