Karlos Arguiñano no necesita dar una presentación. El carismático chef vasco ha sido un gran problema para miles de personas, mostrándoles no solo cómo cocinar, sino también cómo vivir la vida en la cocina de una manera súper amigable.
Mucha gente no se da cuenta de que, aparte de las cámaras, su almohadilla Zarautz realmente muestra su ambiente: tiene esa sensación de vieja escuela, hogareña, se siente como un abrazo cálido, y la cocina es solo.
1Un chef enamorado de su tierra

Para obtener realmente cómo es su hogar, debe saber cuán profunda es la conexión de Karlos Arguiñano con el lugar donde llama su hogar Zarautz, esta encantadora ciudad costera en Gipuzkoa, es mucho más que justo donde vivo Es donde estoy arraigado personal y profesionalmente.
Karlos Arguiñano no solo eligió este lugar para llamar hogar, sino que también ha cocinado una gran escena alimentaria. En el ’79, comenzó su restaurante, y unos años más tarde, construyó un hotel justo al lado del mar y la famosa Escuela de Hospitalidad Aiala. Él dice que es tan cómodo y en casa en cualquier lugar, no solo en su propio país.