La aerolínea low cost más famosa de Europa, la irlandesa Ryanair, está acostumbrada a aparecer en los titulares de la prensa por alguna de sus tantas controversias. El duelo con Europa y España por el precio del equipaje de mano, la decisión de abandonar aeropuertos que no consideraban rentables en varios países o los insultos de su Consejero Delegado, Michael O’Leary, quien ha llamado «Loco Comunista» al ministro de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030, Pablo Bustinduy. De hecho, hace unos días la empresa cargaba contra las críticas en X, antes Twitter, invitando a quienes no compartían su forma de hacer las cosas a usar otras aerolíneas.
Pero lo cierto es que mientras se mantiene el ruido generado por la propia empresa, los resultados muestran que, para los usuarios, siguen siendo una de las principales opciones para los viajes sobre todo dentro del continente europeo. En su reciente presentación de las cuentas correspondientes al primer trimestre, consiguió unos 820 millones de euros en ingresos, unos 100 más de lo esperado por la empresa en sus previsiones al principio del año.
Es un dato que se espera sirva para que la empresa cubra en 2025 la caída en sus ingresos del año pasado y mantenga su crecimiento. La explicación más simple, asumida por los analistas, es que los precios ofrecidos por la low cost la mantienen como una opción clave, y sigue siendo la más popular entre las opciones que se ofrecen en España para los viajes dentro del continente europeo. Se suma que no necesariamente todos los usuarios de las aerolíneas están atentos a este tipo de noticias, por lo que es probable que simplemente vean el precio a la hora de comprar el billete.
Se suma que, este mismo año, la empresa permitió que se volvieran a comprar billetes para sus vuelos a través de agencias de viajes y de plataformas de comparación de precios. Esto ha vuelto a poner las opciones de Ryanair frente a los ojos de una parte de los usuarios que de pronto podían haberlos dejado de lado al no verlos al revisar páginas web del estilo de Booking.com.
A PESAR DE LOS BUENOS RESULTADOS ALGUNOS ANALISTAS RECOMIENDAN VENDER
En cualquier caso, es importante que, a pesar de que los analistas apuntan a que los resultados son mejores de lo esperado, no todos son optimistas sobre el futuro inmediato. Es evidente que los últimos años la empresa, como todo el sector de la aviación comercial, se ha beneficiado por el rebote del turismo post pandemia. No es casual que dentro de España se haya roto el récord de turistas que han entrado al país de forma continua los últimos tres años.
Es un dato que se da por sentado, no puede seguir creciendo eternamente. Esto hace que, desde Bankinter, se considere que este momento positivo sea también el mejor momento para vender las acciones de la empresa y sacar un beneficio. Aun así, la previsión del futuro inmediato es positiva, dando por sentado que este verano los datos serán positivos, y que no será necesario volver a bajar los precios de cara a seguir atrayendo usuarios, aunque por supuesto es un sector suficientemente volátil que la situación puede cambiar de un día para otro.

La realidad, por supuesto, es que predecir el futuro inmediato de cualquier empresa del sector es complicado. Al mismo tiempo, los datos de Ryanair recuerdan que es importante dejar el ruido de largo y estar atento a lo que buscan los usuarios de este tipo de servicios, en los que el precio competitivo suele ser la pieza clave del rompecabezas para conseguir atraer nuevos usuarios, sobre todo a medida que algunos competidores siguen sumando nuevos destinos que pueden resultar en una mayor competencia.
RYANAIR MANTIENE SU GUERRA CONTRA EL EQUIPAJE DE MANO
De cualquier modo, la empresa irlandesa se mantiene en pie de guerra en cuanto al pago de cánones en los aeropuertos menos populares y el pago del equipaje de mano en cabina. Son dos situaciones que se han hecho públicas, y que han hecho que la empresa irlandesa reciba críticas de instituciones de España y Europa. Al mismo tiempo, los buenos datos son un arma importante para demostrar que los usuarios están dispuestos a lidiar con las políticas particulares de Ryanair mientras los precios sigan siendo competitivos.
De todos modos, la presión no se reduce, con resoluciones contradictorias de parte del Parlamento y el Consejo Europeos es de esperar que la decisión quede en manos de cada país, al menos de momento. En ese caso es evidente dónde se para España en esta discusión y el efecto que puede tener en la empresa en el futuro inmediato.