Llegó el verano y con él el deseo de disfrutar de melones, sandías y albaricoques frescos al primer bocado. La OCU advierte que, más allá del sabor, la forma en que compramos la fruta determina su durabilidad y su seguridad alimentaria. Elegir la pieza perfecta no es solo una cuestión de apariencia, sino de aplicar criterios que garanticen frescura y eviten riesgos de contaminación.
Observar el color, palpar la piel y oler cada pieza se convierten en rutinas indispensables. La OCU ha estudiado más de 90 marcas y variedades, concluyendo que la única manera de proteger tu salud y tu bolsillo es optar siempre por ejemplares enteros y prepararlos en casa con higiene.
8Higiene en la cocina

En casa, la OCU recomienda lavar la fruta entera bajo agua fría antes de partirla, para eliminar polvo, ceras y posibles residuos de pesticidas. Solo después debes secar con un paño limpio y asegurar que cuchillos y tablas estén perfectamente desinfectados, evitando cualquier contaminación cruzada.
Mantener una cocina higiénica prolonga la seguridad de cada rodaja y evita posibles irritaciones estomacales. Una limpieza previa exhaustiva protege la pulpa y potencia el sabor auténtico del fruto.