domingo, 20 julio 2025

‘Una nueva vida’: Ferit se enfrenta a una encrucijada decisiva tras ser expulsado de casa de Şehmuz

El triunfo a nivel internacional de Una nueva vida no es cuestión de azar. Esa serie turca ha cautivado a millones y millones de televidentes por una trama que mezcla pasión, enfrentamiento familiar y la lucha por la libertad en un universo muy tradicional. Protagonizada por Afra Saraçoğlu (Seyran) y Mert Ramazan Demir (Ferit), la ficción ha cruzado fronteras y ha sabido llegar a más de 120 países distintos.

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ENTRE EL DOLOR Y LA DETERMINACIÓN

Fuente: Atresmedia

Seyran ha evolucionado de ser una joven confiada a convertirse en una mujer dispuesta a luchar por su dignidad en Una nueva vida. Las imágenes de Ferit besando a otra mujer —un montaje elaborado por sus enemigos— la destruyen pero no la anulan. «El amor puede doler, pero la mentira es lo que puede matar», parece ser lo que piensa mientras enfrenta a Ferit dejando ver sus lágrimas de rabia. Y aunque él no haya tenido nada que ver, ya se ha instalado la sombra de la duda.

El momento de la confrontación de Seyran con Kaya es clave en su evolución. Cuando él se ríe de ella, poniendo de manifiesto que lo que le mueve es solo el celos, la reacción de Seyran es ofrecer una bofetada que retumba en toda la casa. Esa acción no solo es una defensa propia sino que pone de manifiesto que ya ha roto el corsé con el que se veía. Suna, al ver la escena malinterpretando la situación, toma partido por Kaya poniendo punto y final a la distancia entre hermanas. Es una traición que la duele más que cualquiera de las mentiras de Ferit.

Al entrar en el escenario, Kazım es sin duda la representación de la incomprensión entre generaciones; sin escuchar los argumentos que le ofrece su hija, ya está llegando a la conclusión de que en realidad ésa es la parte que está desacreditando la felicidad de Suna. La ironía es amarga, ya que el padre que la protegía en sus momentos de debilidad es ahora quien se coloca en el camino de obstáculos.

En compañía de Suchuan e Isis, su figura queda completamente coartada y sometida: en el juego de las cartas, tiene el blanco como utopía, la soledad como miseria y su elección como ruina. El viaje al que se ve abocada, entonces, es la (des)confusión, y su elección es doble: ya no quiere volver a cumplir el juego de las cartas, pero tampoco quiere marcar la partida como la heroína de su historia.

Por otra parte, la llamada que recibe Seyran y que le da unas supuestas pistas acerca de Ferit, se presenta como un nuevo escenario en el que hay que reordenar los contenidos informativos en función de nuevas informaciones: ¿será la verdad o sólo una trampa más con la que tratan de atraerla sus enemigos? El juego de la serie se deja ver que es una serie cuyo suspense viene de la mano de la disyuntiva de hacer »duda» a las conjeturas y darles la importancia que tienen, y se juega a que nadie es confiable en esta historia.


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