domingo, 20 julio 2025

No te pierdas el increíble cambio físico de Borja, ganador de ‘Supervivientes 2025’ tras regresar del reality: «He ganado 17 kilos»

La aventura más desafiante de Borja González no finalizó al aterrizar de Honduras. El verdadero reto empezó después de apagar las cámaras y en la vida real cuando la rutina le sorprendió, pero con un cuerpo que ya no sabía que le pertenecía después de tres meses de sobresaltos, frío y esfuerzo físico de Supervivientes 2025. El valenciano logró no solo ganar un título, sino también una montaña de cambios físicos que ahora comparte sin filtros. «He engordado 17 kilos» no es solo un dato, es el resultado de un viaje psicológico y físico para el que pocos están preparados.

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DE LA JUNGLA A LA NEVERA

«Tenía hambre cada hora, así que no podía dejar de comer», reconoce Borja en su vídeo más famoso tras ganar Supervivientes. La frase no es casual: describe el síndrome del superviviente, un fenómeno que se documenta en los desempeños de realities de exigencia extrema. Al cabo de varias semanas de restricción calórica, el organismo activa su modo de alerta que, al volver a tener acceso a la comida, provoca un hambre compulsiva. No es simplemente gula, es pura biología.

El caso de Borja es un manual de manual. Cuando llegó a Honduras pesaba 80; cuando salió, 67. La desnutrición, la ansiedad y el esfuerzo físico lo dejaron en los huesos. Pero el verdadero shock fue posterior: «Al salir, tenía una ansiedad por comer como nunca la había tenido», reconoce. Pizzas, hamburguesas, dulces… La comida se convirtió en una terapia del desgaste emocional. Y aquí, un detalle importante: no es falta de voluntad. En estudios de Supervivientes anteriores se documenta que el 90% de los concursantes sufren este efecto, incluso algunos aumentando su peso hasta un 20% más que su peso original.

Pero Borja no se busca excusas. Reconoce que está «fuera de control», así como que el esguince que sufrió le sacó del gimnasio. Con las condiciones de movilidad escasa y ansias por mantener la forma física, se produjo el cóctel perfecto. Pero hay una nota esperanzadora: su mentalidad. «Soy muy disciplinado» repite. Y la ciencia lo respalda: las personas que han pasado en privaciones extremas parecen recuperar el control más rápido que el promedio.

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