El mundo de la televisión no descansa y Ana Garcés lo conoce a la perfección. Una vez más, y tras su marcha de La Promesa, la actriz de Valladolid ya tiene nuevo proyecto entre manos, el que marca su regreso a la ficción de la televisión: Oasis. No habrá, en cambio, vestidos de época ni peroratas palaciegas, sino un lugar radicalmente diferente, un espacio donde el sol, el lujo, la apariencia, la diversión y el egoísmo esconden una oscuridad tan profunda como la que entrañan sus dramas históricos.
1UN GIRO DE 180º PARA LA JANA DE LA PROMESA

Si hay algo que identifica a Ana Garcés, es la capacidad de desaparecer físicamente en sus personajes. En La Promesa personificó a una joven idealista atrapada en las rígidas estructuras de la aristocracia. En Oasis ahora interpretará una mujer de hoy en día cuyas contiendas no se libraban en esos elegantes salones de baile, sino en cócteles al atardecer y miradas cargadas de segundas intenciones. La contradicción entre ambas no puede ser más morcillosa, ya que Garcés se apropia del cambio con la misma normalidad con la que abandonó su papel anterior.
La serie creada por Josep Cister Rubio (profesor detrás de La Promesa y Valle salvaje) quiere romper moldes con un relato coral. La historia se desarrolla en un complejo turístico de lujo, una historia que recogerá un catálogo de personajes tan seductores como disfuncionales: empresarios corruptos, influencers autoaislados, parejas en crisis ante el divorcio, etc. así como un personal del resort como testigo mudo de sus secretos. Garcés no tiene que brillar solitaria, sino que tiene que hacerlo en el juego de la química grupal, donde cada mirada cuenta.
Un aspecto curioso es el reencuentro con Tomy Aguilera, su antiguo compañero en La Promesa. Mientras en La 1 eran dos personajes de mundos opuestos (ella, una sirvienta; él, el heredero de los Carvajal) en Oasis van a ser coprotagonistas en un ámbito donde se diluyen, aunque no desaparecen, las jerarquías. Una metáfora perfecta además de la forma en que ambos actores han peregrinado para alcanzar personajes más complejas y elaboradas.