Inma, madre de Michu, ha realizado una dolorosa confesión que refleja el agotamiento ante el enfrentamiento entre las familias Ortega Cano y Michu por la custodia de la pequeña Rocío. La tensión ha sido palpable durante semanas, con reproches cruzados y acusaciones que Inma ha calificado como “una vergüenza”, advirtiendo a su propia hija Tamara que pare con las descalificaciones hacia los Ortega Cano porque la situación se está volviendo “inaguantable”. Estas palabras han surgido tras una fuerte disputa pública, en la que Tamara hizo uso de un “mea culpa” de forma algo seca y justificó su comportamiento por una respuesta previa, pero Inma ha dejado claro que ya no puede tolerar la confrontación constante, especialmente por el bien de su nieta.
2La madre de Michu ha hablado

Inma quiso poner fin a esta espiral de reproches, reclamando a su hija que detenga la hostilidad y abandone los insultos que están dañando a ambas familias. Sus palabras buscan no solo proteger el bienestar emocional de Rocío, sino también recuperar un mínimo de civismo entre ambas partes enfrentadas. Ha sido un intento de cordura en medio de una disputa que, si bien aún no ha llegado a los tribunales, hace temer que puede enquistarse y perjudicar a la pequeña, sin que ninguna de las dos posturas ceda en sus pretensiones.
En este escenario, la figura de Inma emerge como la más frágil y sincera de todas. Ella ha dado un paso al frente con la voz temblorosa pero firme, decidido a detener el conflicto. Sabe que ahora las miradas están puestas en el bienestar de Rocío, y exige una gestión adulta de lo que podría ser la batalla legal definitiva por su custodia. En medio de este cruce de intereses y emociones, la familia Ortega Cano y la familia de Michu deberán elegir si alzan la voz o bajan los brazos por el bienestar de la pequeña.
A pesar del tono conciliador de Inma, la guerra mediática no muestra signos de tregua. Tamara continúa utilizando los platós de televisión para defenderse de las críticas y reivindicar su papel como figura cercana y protectora de la niña. Sin embargo, sus palabras y su actitud siguen generando un gran revuelo, especialmente cuando insiste en que la familia Ortega Cano no ha estado tan presente como debería desde el fallecimiento de Michu, algo que Gloria Camila desmiente categóricamente.
La situación se complica aún más por la falta de documentación oficial que respalde las aspiraciones legales de Tamara o de su madre. Aunque Tamara asegura haber firmado como tutora cuando nació la menor, reconoce que ese trámite no fue formalizado ante un notario, lo que invalida su peso jurídico en un eventual proceso de custodia. Esta carencia de pruebas sólidas deja el futuro de Rocío en una zona de incertidumbre, donde el ruido mediático y las tensiones personales parecen pesar más que las normativas legales.
Mientras tanto, el entorno más cercano a Ortega Cano ha optado por una postura más discreta, aunque no menos firme. El torero y su hija han sido contundentes al expresar que desean lo mejor para la menor y que no permitirán ataques sin fundamento. Aun así, la escalada verbal sigue su curso, y con cada nueva aparición pública de Tamara o cada filtración sobre la postura de los Ortega, se aleja la posibilidad de una solución serena y dialogada. La figura de Inma, intentando hacer de puente entre ambas orillas, parece ser hasta ahora la única voz que clama por el silencio en medio del caos.