Lydia Lozano ha reaparecido públicamente tras varias semanas alejada del foco mediático. Después de la cancelación de La familia de la tele, programa que marcaba su presencia televisiva más reciente, la veterana periodista ha roto su silencio. Lejos de mostrar una actitud derrotada, Lydia ha aprovechado su regreso ante las cámaras para ajustar cuentas pendientes, especialmente con una familia mediática con la que ha compartido platós, titulares y tensiones: las Campos. Su reaparición no ha sido casual ni tibia, sino cargada de mensajes directos, reflexiones personales y, sobre todo, una pulla muy comentada hacia Alejandra Rubio, la benjamina del clan.
1Lydia Lozano rompe su silencio

En esta nueva etapa vital, Lydia ha explicado cómo está viviendo su situación personal tras sufrir un duro golpe emocional. «Estoy viviendo mi duelo, porque yo del tanatorio me fui al desfile de La 1 y no viví mi duelo, con lo cual lo dije en directo… hablo con mi madre, que tengo las cenizas en mi casa, hablo, ‘qué tal estás, no te duelen los huesos, a mí sí’», ha contado con total sinceridad. Lejos de esconder su fragilidad, la periodista ha demostrado una vez más su autenticidad, una cualidad que, para muchos, ha sido siempre su principal arma frente al espectáculo televisivo. A pesar de este momento delicado, no ha perdido el pulso de la actualidad rosa y ha decidido pronunciarse sobre algunas de las figuras más polémicas de la crónica social.
Fiel a su estilo directo y sin filtros, Lydia Lozano no ha dudado en opinar sobre las Campos, a las que ha definido como “unas cracks” por la capacidad que tienen de sacar partido a cada circunstancia de sus vidas. “Nunca he visto a una familia que le saque tanto partido a la prensa del corazón”, ha sentenciado. Con esta afirmación, la colaboradora de televisión deja claro que el manejo mediático del clan, ahora más dividido y tensionado que nunca, sigue siendo un fenómeno digno de estudio. Pero lo más llamativo ha llegado cuando se ha referido, sin rodeos, a Alejandra Rubio, la hija de Terelu y nieta de María Teresa, que se encuentra en el centro del huracán mediático por sus constantes roces con la prensa.
Sobre Alejandra Rubio, Lydia ha sido muy clara: «Siempre he dicho que tendría que aprender mucho, sobre todo de la abuela». Con esta frase, aparentemente amable pero con una carga crítica evidente, Lydia lanza una indirecta que no ha pasado desapercibida. La compara con María Teresa Campos, de quien resalta la elegancia y la inteligencia a la hora de tratar con los medios. La frase encierra un reproche hacia la actitud de Alejandra, a quien muchos consideran altiva, inexperta y con un enfoque contradictorio sobre su exposición pública. Esta crítica cobra especial fuerza viniendo de una periodista que ha compartido años de profesión con la familia Campos y que conoce de primera mano sus luces y sus sombras.