La Promesa se ha transformado en un hervidero de sentimientos, donde desesperanza y curiosidad se tornan en la sombra de un poder que no permite fallos, estela de la urgencia de solucionar la salud de Rafaela, que agoniza de muerte y sumerge a la familia en un abismo de desesperanza. En este capítulo, las decisiones extremas asentarán los destinos de todos ellos: desde Enora, quien de pronta a romper una cadena de pactos ancestrales, hasta Lope, quien ha hecho su descubrimiento, el cual decide que cambiará el rumbo de la investigación más oscura del palacio.
1LA BATALLA POR RAFAELA

La fiebre de Rafaela no afloja, y cada minuto que pasa en La Promesa es más condena para Catalina y Adriano. Los padres, al borde del colapso, recorren la comarca en busca de un médico que intente salvar a su hija, pues la escasez de especialistas hace que su búsqueda se convierta en una odisea sin garantías. La angustia pesa sobre sus rostros, mientras Alonso mueve sus hilos desde las sombras con las influencias. Pero es que ni el patriarca, siempre acostumbrado a tenerlo todo bajo control, parece capaz de parar el destino.
La desesperación lleva a Adriano a arriesgarse a ir tan lejos que desoyen las advertencias de los lugareños que cuentan de remedios prohibidos, y Catalina, por su parte, se agarra a su fe a brazo partido, organiza rogativas en la capilla del palacio a la vez que intenta no derrumbarse. En sus ojos se adivina el miedo atroz de una madre que ve escapar entre los dedos lo más precioso. Mientras tanto, Alonso, vuelve a recurrir a las amistades menos recomendables, dispuesto a pagar lo que sea necesario, aunque eso signifique pactar con quienes siempre menospreció.
Todo el palacio parece contener el aliento. Existen quienes invocan por ella y hay, por otro lado, quienes aprovechan el desorden producido por la situación para mover en silencio sus piezas. Cristóbal, por su parte, observa, observa y observa, con su fría calculadora que anota mentalmente cualquier rasgo de debilidad que le pueda servir más adelante. Unas corrientes de opaco clandestinaje surgen entre sus sirvientes pero también empiezan a surgir murmullos que empiezan a señalar que la enfermedad de Rafaela puede ser un castigo divino.