Jorge Javier Vázquez está a punto de cumplir un año completo al frente de El diario de Jorge, un programa que, pese a comenzar con grandes dificultades en audiencia, ha logrado poco a poco hacerse un hueco en las tardes de Telecinco. Sin embargo, esta etapa no ha estado exenta de momentos complicados y, tras una profunda reflexión, el presentador ha decidido decir adiós al formato. En un acto de total sinceridad, ha confesado el secreto que marcó su experiencia en este proyecto: «Me agobiaba».
1El secreto de Jorge Javier Vázquez

Desde el primer día, Jorge Javier enfrentó una gran presión. Reconoce que el estreno del programa le generó un cúmulo de sentimientos encontrados, principalmente miedo y nervios. El diario de Jorge era un formato novedoso y arriesgado, sin colaboradores y, además, llevaba su nombre, lo que aumentaba la responsabilidad sobre sus hombros. Esta combinación le hizo temer que el fracaso fuera inevitable y que su prestigio en la televisión pudiera desaparecer. La exigencia de estar a la altura, de que la audiencia le acompañara y de que el programa funcionara era inmensa.
Además, acababa de firmar una renovación con Mediaset que le vinculaba hasta 2027, un contrato a largo plazo que, si bien suponía un respaldo, también le generaba incertidumbre. Jorge Javier confesó en su blog de Lecturas que sentía miedo a que su empresa pudiera sentirse estafada si El diario de Jorge no funcionaba. «Me agobiaba la responsabilidad. Estar a la altura. Que la audiencia me acompañara. Acababa de firmar una renovación con Mediaset –hasta el 2027– y tenía miedo de que El diario de Jorge no funcionara porque sentía que mi empresa podía sentirse estafada», explicó.
Este temor se traducía en imaginar escenarios muy desagradables: la posibilidad de seguir cobrando un contrato largo mientras su marca personal perdía valor y él permanecía en casa, sin proyecto ni futuro en la cadena. También visualizaba la reunión incómoda en la que le comunicarían que había sido un error mantenerle tanto tiempo bajo contrato y que, inevitablemente, tendrían que rescindirlo. Esta idea le producía vergüenza y ansiedad, pues enfrentar esa situación era algo que le costaba aceptar.
El presentador ha sido siempre consciente de lo duro que es defraudar y ha reconocido que es algo que le afecta profundamente. A pesar de contar con casi treinta años de carrera y haber vivido grandes éxitos, como la presentación de Supervivientes, esta vez el miedo le ganó la partida. Jorge Javier admite que el éxito, que tanto conoce, tiene también un lado conservador y repetitivo. Lo describe como algo «monótono y predecible, como un matrimonio de largo recorrido». En cambio, la incertidumbre y la inseguridad, aunque duras y exigentes, también aportan algo positivo: mantienen vivo el espíritu, la creatividad y las ganas de superarse.