La batería de nuestro móvil es el talón de Aquiles de la vida moderna, una preocupación constante que nos acecha en los momentos más inoportunos, especialmente cuando estamos de viaje. Encontrar un puerto USB público en un aeropuerto, una estación de tren o una cafetería se siente como hallar un oasis en el desierto. Sin pensarlo dos veces, conectamos nuestro cable con la única intención de revivir ese dispositivo que es, a la vez, nuestro mapa, nuestra cartera y nuestra ventana al mundo. Pero esta acción, tan común y aparentemente inofensiva, puede ser la puerta de entrada a una pesadilla digital de la que es muy difícil escapar.
Detrás de esa cómoda oferta de energía gratuita se esconde una amenaza cada vez más extendida y sofisticada conocida como ‘juice jacking’. Este anglicismo describe una técnica de ciberataque realmente perversa. Los delincuentes manipulan estos puntos de carga para convertirlos en herramientas de espionaje y robo. Mientras tú crees que solo estás recibiendo electricidad, los ciberdelincuentes pueden instalar software malicioso o extraer toda la información sensible que almacenas en cuestión de segundos, transformando un gesto de alivio en una vulneración total de tu privacidad y seguridad sin que te percates de nada.
5MÁS ALLÁ DEL CABLE: OTRAS AMENAZAS DIGITALES QUE TE ACECHAN CUANDO ESTÁS DE VIAJE

El ‘juice jacking’ es solo una de las múltiples amenazas digitales que nos acechan cuando salimos de nuestra rutina, pero no es la única. Las redes Wi-Fi públicas y gratuitas que ofrecen aeropuertos, hoteles y cafeterías son otro vector de ataque extremadamente común. Los delincuentes crean redes falsas con nombres muy similares a los oficiales, esperando a que te conectes. Una vez dentro, pueden interceptar todo el tráfico que no esté cifrado, capturando usuarios y contraseñas con una facilidad pasmosa mediante ataques conocidos como ‘Man-in-the-Middle’. La recomendación es usar siempre una VPN si necesitas conectarte a una de estas redes.
Asimismo, debemos estar alerta frente a otras técnicas como los códigos QR maliciosos, que pueden pegarse encima de los legítimos en menús de restaurantes o carteles informativos. Al escanearlos, en lugar de llevarte a la web deseada, te dirigen a un sitio de ‘phishing’ o inician la descarga de malware en tu móvil. La vigilancia debe ser constante. La comodidad que nos ofrece la tecnología en nuestros desplazamientos es innegable, pero conlleva la responsabilidad de adoptar una mentalidad de ‘cero confianza’ para proteger nuestra identidad y nuestros datos, convirtiendo la precaución en nuestro mejor compañero de viaje.