Valle Salvaje nunca descansa. Entre sus casas de nobles y paisajes de ensueño, las pasiones humanas tramando una telaraña de intrigas que remueven los cimientos de las casas más poderosas. La verdad, como un relámpago en la noche tormentosa, ha iluminado los escondrijos del Valle, desnudando traiciones, alianzas y secretos que harán que todos cambien el rumbo de su destino. En los últimos capítulos, Alejo ha hecho una explosión de caos al confesar su relación con Luisa y dejar la Casa Grande, mientras Adriana se enfrenta a las consecuencias de un embarazo que se ha convertido en un arma política.
1LA REBELIÓN DE ALEJO

Hemos llegado al punto donde, tras haber roto las reglas de Valle Salvaje, ha roto la paciencia de su padre. La forma de dar a conocer su asunto con Luisa y el haber decidido cuando se ha ido de la Casa Grande dar a conocer su decisión de irse de la Casa Grande no es sólo un acto de continuar sin las normas, sino una especie de desafío personal respecto de la autoridad del duque.
José Luis, que solía tener controlados los movimientos de su familia, considera este acto un gesto de deslealtad. Para él, la lealtad de la familia no se pone en duda. El hijo de él acaba de cruzar una línea que no tiene posibilidad de ser deshecha. Lo que, por lo que él, no termina de comprender es que su hijo no actúa por capricho sino por convicción. El hijo ha elegido el amor antes que el deber y dicha elección se manifiesta como un eco en el Valle, donde muchos llevan años predominando bajo el autoritarismo del duque.
El hecho de que la familia se encuentre dividida entre aquellos que lo ven como un rebelde y aquellos que lo celebran en secreto; entre tanto, los que celebran y apoyan dicho gesto son Mercedes y Bernardo quienes aprovechan la oportunidad para consolidar su posición. De esta manera, la Casa Pequeña, hasta entonces un lugar secundario, empieza a convertirse en símbolo de la resistencia. De este modo la fuerza de José Luis, hasta entonces incuestionable, empieza a abrirse camino.
Victoria, que siempre ha demostrado ser una mujer muy astuta, pues es además la más astuta de las mujeres, intentará llegar a calmar las aguas, pero hasta ella duda, ¿habrá subestimado la inquietud que ya ha sembrado su marido a través de sus imposiciones? Y, mientras eso sucede, Luisa se encuentra en la línea del fuego; ella misma se pregunta si su amor por Alejo valdrá la pena frente a la guerra que se presenta. Porque aquí, en el valle, no es gratis desafiar al duque. Y en esta ocasión, podría cambiar de destino para siempre.