El queso en lonchas es un básico de la nevera: cómodo para sándwiches, para gratinar pasta o para comer sobre una tostada. Pero, ¿te has parado a pensar si lo que compras es queso auténtico o un sucedáneo ultraprocesado? La OCU ha puesto el foco en este formato y ha descubierto que muchos productos se desvían tanto de la tradición láctea como un atajo de montaña se aparta de la carretera.
Leer la letra pequeña de las etiquetas es ahora una obligación para evitar engaños que afectan la salud y el bolsillo. Porque lo que aparenta ser queso puede convertirse en un preparado con grasas vegetales, almidones y aditivos, sin apenas proteínas ni calcio de calidad. Esta advertencia de la OCU cambia la forma de elegir en el súper.
8Alternativas de quesos frescos y naturales

Frente a los ultraprocesados, la OCU recomienda quesos frescos como mozzarella, queso de Burgos o requesón, que contienen menos grasa y sal, y carecen de aditivos. Estos lácteos aportan proteínas, calcio y probióticos sin recurrir a ingredientes artificiales.
Su precio suele ser algo mayor que las lonchas baratas, pero su perfil nutricional y sabor compensan la diferencia. Incluirlos en la dieta habitual mejora la salud osea y muscular. Además, su textura y fundido natural elevan cualquier receta sin cargarla de compuestos sintéticos.