El queso en lonchas es un básico de la nevera: cómodo para sándwiches, para gratinar pasta o para comer sobre una tostada. Pero, ¿te has parado a pensar si lo que compras es queso auténtico o un sucedáneo ultraprocesado? La OCU ha puesto el foco en este formato y ha descubierto que muchos productos se desvían tanto de la tradición láctea como un atajo de montaña se aparta de la carretera.
Leer la letra pequeña de las etiquetas es ahora una obligación para evitar engaños que afectan la salud y el bolsillo. Porque lo que aparenta ser queso puede convertirse en un preparado con grasas vegetales, almidones y aditivos, sin apenas proteínas ni calcio de calidad. Esta advertencia de la OCU cambia la forma de elegir en el súper.
7Riesgos del consumo habitual de lonchas procesadas

Incorporar estas lonchas a diario puede disparar el consumo de grasas trans y sodio, factores asociados a hipertensión y problemas cardio metabólicos. El efecto acumulativo de aditivos sintéticos puede alterar la flora intestinal y la respuesta inflamatoria.
Además, la falsa sensación de ingerir calcio se convierte en un espejismo: el organismo absorbe mejor el calcio de productos lácteos genuinos. El informe de la OCU concluye que quienes buscan un queso rápido deberían alternar siempre con queso fresco u otros lácteos menos procesados.