El mono blanco es la última sorpresa que nos trae Mango. Cada verano sucede algo curioso en las tiendas: los vestidos largos monopolizan los escaparates, las revistas repiten que son la prenda estrella y, sin embargo, cuando preguntamos a mujeres de estilos diversos —desde las más clásicas hasta las más atrevidas— casi todas confiesan que el pantalón sigue siendo su zona de confort.
Por eso no sorprende que en cuanto llegan las segundas o terceras rebajas muchas compradoras se lancen a por la pieza que reúne lo mejor de ambos mundos: el mono largo, ese híbrido que ofrece la fluidez de un vestido y la comodidad del pantalón. Este julio, Mango ha sabido leer la jugada con precisión quirúrgica. La firma ha rebajado una docena de monos blancos a precios que, en varios casos, rozan la barrera psicológica de los veinte euros y han provocado que mujeres de entre cuarenta y cincuenta y tantos años arrasen con el stock.
2El rango de precios: del regalo sorpresa al capricho meditado

Mango ha aplicado descuentos agresivos en prácticamente toda la selección. El mono vaquero, que antes rondaba los setenta euros, ha quedado en poco menos de veinte. Otros modelos como el combinado de lino y viscosa o el asimétrico drapeado se mueven entre los veintisiete y los treinta y tantos. En el extremo opuesto, el diseño sartorial, con pinzas bien marcadas y una caída exquisita, apenas baja de los ochenta euros porque pertenece a la línea de calidad superior, pensada para eventos formales.
Aunque su rebaja sea menor, muchas clientas la consideran una inversión: es ese mono al que volverán temporada tras temporada porque no se arruga, no pasa de moda y siempre provoca halagos. Lo interesante de esta colección es la amplitud de precios. Hay quien aprovecha para llevarse dos o tres modelos en un mismo ticket, apostando por tejidos y escotes distintos para no verse repetitiva.
Otras prefieren cazar la pieza premium y amortizarla en ocasiones especiales. Sea cual sea el caso, el denominador común es la sensación de estar cazando un chollo: prendas que en junio resultaban prohibitivas ahora entran en el presupuesto sin remordimientos.