El mono blanco es la última sorpresa que nos trae Mango. Cada verano sucede algo curioso en las tiendas: los vestidos largos monopolizan los escaparates, las revistas repiten que son la prenda estrella y, sin embargo, cuando preguntamos a mujeres de estilos diversos —desde las más clásicas hasta las más atrevidas— casi todas confiesan que el pantalón sigue siendo su zona de confort.
Por eso no sorprende que en cuanto llegan las segundas o terceras rebajas muchas compradoras se lancen a por la pieza que reúne lo mejor de ambos mundos: el mono largo, ese híbrido que ofrece la fluidez de un vestido y la comodidad del pantalón. Este julio, Mango ha sabido leer la jugada con precisión quirúrgica. La firma ha rebajado una docena de monos blancos a precios que, en varios casos, rozan la barrera psicológica de los veinte euros y han provocado que mujeres de entre cuarenta y cincuenta y tantos años arrasen con el stock.
1¿Por qué el mono blanco sigue siendo el comodín infalible?

El color blanco tiene cualidades que trascienden modas. Aporta luminosidad, transmite sensación de frescor cuando el termómetro roza los cuarenta y, sobre todo, rejuvenece sin necesidad de artificios. Combinado con un patrón de cuerpo entero, la prenda resulta todavía más poderosa: estiliza la figura gracias a la continuidad cromática y, si el corte está bien resuelto, alarga ópticamente las piernas al nivel de cualquier pantalón palazzo.
Quienes huyen del blanco por miedo a que se transparente o marque zonas indeseadas suelen cambiar de opinión en cuanto encuentran una versión bien forrada o confeccionada en denim grueso. Esa es la primera clave: elegir el tejido adecuado para evitar sobresaltos.
Los monos blancos, además, se adaptan a casi cualquier escenario. Han ganado terreno entre las invitadas a bautizos y comuniones, se han convertido en la baza de muchas novias que buscan un segundo look más relajado, son perfectos para una cena en la costa y funcionan en el día a día con la misma facilidad que un traje de chaqueta ligero. Si a esto añadimos que, durante las rebajas, el precio deja de ser un freno, el éxito estaba cantado.