jueves, 17 julio 2025

El 67% de las empresas aumentará su inversión en IA este 2025

La IA ya está transformando profundamente la forma en que las organizaciones operan e innovan. Desde sistemas capaces de generar contenido hasta soluciones automatizadas que gestionan procesos complejos, las empresas de todos los sectores se encuentran en plena carrera por incorporar esta tecnología a su actividad diaria.

Publicidad

Esta aceleración tecnológica, sin embargo, no está exenta de desafíos: cuestiones como la madurez de los sistemas, las implicaciones éticas y la definición del liderazgo interno para su implantación siguen siendo decisivas para su éxito.

Un reciente estudio de Experis, la consultora tecnológica de ManpowerGroup, aporta una radiografía precisa sobre la situación actual y las perspectivas de futuro. Bajo el título Análisis 2025: prioridades para los CIOs y líderes tecnológicos”.

El informe detalla cómo las compañías planean integrar la inteligencia artificial en sus estrategias, evidenciando que el entusiasmo por sus posibilidades convive con un cierto grado de prudencia.

La confianza empresarial en la IA crece

El dato más llamativo del estudio es que el 67% de las organizaciones prevé aumentar su inversión en inteligencia artificial a lo largo de 2025, lo que refleja una clara consolidación de su valor estratégico. Esta tendencia es global y también se observa en España, donde sectores como las finanzas, las telecomunicaciones o la energía ya han puesto en marcha iniciativas relevantes en este ámbito.

El impulso institucional también es clave para comprender este fenómeno. La Estrategia Nacional de IA, aprobada en mayo de 2024, busca posicionar a España como referente en innovación responsable.

Este marco normativo pretende impulsar el desarrollo tecnológico, garantizando al mismo tiempo principios como la ética, la transparencia y la protección de los derechos fundamentales.

Las organizaciones aún están en fases iniciales con la IA

A pesar del aumento en la inversión prevista en IA, la mayoría de las empresas todavía se encuentra en una fase temprana de adopción. Según Experis, cerca del 60% está explorando o implementando parcialmente proyectos de inteligencia artificial.

Esto indica que el camino hacia una integración completa de la IA madura aún es largo, especialmente en lo que respecta a adaptar los procesos internos y preparar a los equipos para aprovechar todo su potencial.

Los retos éticos y de gobernanza no desaparecen

La incorporación de estas tecnologías plantea un debate imprescindible sobre su uso responsable. El informe advierte de que solo una de cada cinco compañías se considera avanzada en el despliegue de una IA ética y libre de sesgos. De hecho, un 18% de los líderes tecnológicos consultados expresa su preocupación por cuestiones relacionadas con la parcialidad de los sistemas, la transparencia de los algoritmos y la gobernanza en la toma de decisiones automatizadas.

Este es un aspecto especialmente sensible en España, donde la regulación y los debates sobre el impacto de la IA en el empleo y en los derechos individuales han ralentizado en algunos casos el despliegue de nuevas soluciones. Aun así, las empresas coinciden en que un marco ético sólido será esencial para reforzar la confianza y garantizar una adopción sostenible.

La responsabilidad de los líderes tecnológicos con la IA

En este contexto, el papel de los directores de tecnología (CIO) y otros responsables IT resulta crucial. Tal como subraya Myriam Blázquez, directora general de Experis, de su capacidad para asegurar recursos y movilizar equipos depende en buena medida que las empresas logren capitalizar la inteligencia artificial como motor de competitividad. Su liderazgo debe combinar una visión innovadora con la capacidad de mitigar riesgos y orientar las decisiones hacia prácticas responsables con la IA.

Las compañías empiezan a explorar también nuevas generaciones IA, como los denominados agentes autónomos. Estos sistemas permiten realizar tareas complejas con mínima intervención humana, tomando decisiones y ejecutando acciones para alcanzar objetivos definidos. Se trata de una evolución más avanzada que la automatización clásica, ya que combina autonomía con capacidad de aprendizaje y adaptación a distintos contextos empresariales.

Para muchas organizaciones, esta tecnología representa una oportunidad para elevar la productividad y optimizar procesos, aunque también plantea el desafío de mantener una adecuada supervisión humana para evitar consecuencias no deseadas.

Percepciones diversas sobre el impacto de la IA

A pesar del fuerte impulso inversor, la percepción sobre el verdadero impacto de la inteligencia artificial sigue siendo heterogénea entre los líderes empresariales. Según el informe, el 37% la valora como útil para aplicaciones específicas, mientras que un 36% la considera un auténtico cambio de paradigma que ya está remodelando el negocio. En cambio, para un 33% el alcance real de esta transformación todavía no es del todo claro.

Esta diversidad refleja tanto la magnitud de la innovación como la necesidad de acompañarla de estrategias claras que permitan medir resultados y ajustar expectativas. Lo que sí parece evidente es que la mayoría de las organizaciones empieza a reconocer el papel central que desempeñará la inteligencia artificial en el futuro cercano.

El estudio de Experis subraya que la integración de la IA no es simplemente una cuestión tecnológica, sino también cultural y organizativa. La clave para liberar todo su potencial está en lograr un equilibrio entre innovación y supervisión, asegurando que las decisiones tomadas por las máquinas se ajusten a principios éticos y estén alineadas con los intereses de las personas.

Publicidad

Publicidad