Si tu ventilador apenas mueve el aire y el calor sigue allí, es más un agitador de calor que un alivio. Muchos lo enfocan hacia el centro de la habitación pensando que refresca, pero ese gesto impide que el aire caliente salga. La clave consiste en usar el ventilador como extractor, expulsando el aire recalentado hacia fuera y dejando que entre aire fresco desde otro punto. Con este simple truco, el ventilador puede actuar casi como un aire acondicionado sin encenderlo.
Aprender a colocarlo correctamente, combinar ventanas abiertas y aprovechar las variaciones térmicas diarias transforma un electrodoméstico asequible en un sistema de ventilación mucho más eficaz. Solo así se consigue una corriente cruzada que renueva el aire y baja la temperatura interior, evitando derroches de energía y facturas más altas.
7Errores comunes a evitar

Apuntar el ventilador siempre hacia el interior fomenta recircular el aire caliente. Mantener ventanas cerradas durante el día impide la renovación. Estos fallos convierten el ventilador en inútil, incapaz de actuar como sustituto del aire acondicionado.
Otro error es usarlo a máxima potencia sin control: provoca brisas molestas y reseca el ambiente sin realmente bajar la temperatura. Lo ideal es velocidad media y posición estratégica, buscando siempre impulsar el aire caliente al exterior.