El sol en verano, ponerse morenito, tienta a cualquiera, pero pasarse no es para nada bueno: puede dejar la dermis dañada, dolorida y enrojecida. Si te has quemado la piel y crees que con un poco de agua basta, guarda esa idea: una quemadura solar requiere cuidados específicos para sanar sin dejar marca.
Entender la gravedad del daño, aplicar remedios fríos, hidratar bien y vigilar la evolución son pasos obligatorios. Con estos consejos basados en experiencia y estudios dermatológicos, la piel recuperará su tersura y color en un tiempo sorprendentemente breve, evitando complicaciones y restaurando el confort.
7Aplicar aloe vera o crema de cortisona

Tras haberte quemado la piel, el gel de aloe vera, puro y fresco, es un remedio clásico que aporta alivio inmediato gracias a sus propiedades antiinflamatorias y regeneradoras. Extenderlo con suavidad sobre la zona quemada alivia el escozor y promueve la cicatrización.
En casos de inflamación significativa, una crema de corticoides de venta libre puede reducir el enrojecimiento. Aplica una capa fina y realiza masajes ligeros para que penetre, siempre alternando con aloe y permitiendo descansos para no irritar la piel.