La temporada televisiva 2025-2026 ha estado marcada por un inesperado giro en el access prime time: el sorpasso otoñal de ‘La Revuelta’ sobre ‘El Hormiguero’, que llevaba una década (y no casi dos) liderando su franja.
Aunque el programa de Pablo Motos visibilizó su enfado tras ceder el trono, logró rehacerse y encadenar un sólido primer semestre de 2025, lo que le ha permitido cerrar la temporada como líder con un 15,2% de share, por encima del notable 13,5% de La Revuelta, que, tras un fuerte arranque, sufrió un desgaste progresivo y terminó la campaña por debajo del 12%.
Detrás de esta rivalidad televisiva, algunos observadores apuntan a un conflicto más profundo, con tintes personales y políticos. Hay voces que consideran que Pablo Motos no encajó bien la pérdida temporal de liderazgo y mostró un cierto mal perder.
Otras, sin embargo, interpretan su reacción como una queja legítima ante lo que percibe como una campaña política en su contra. Y es que desde antes de las elecciones generales de 2023, el Gobierno ya daba muestras de tener al presentador valenciano en su punto de mira. La promoción de David Broncano como estrella en la televisión pública fue vista por algunos sectores como un movimiento político más que televisivo.
Se llegó a decir que su objetivo era claro: desgastar el imperio de entretenimiento de Motos, un espacio que desde hace tiempo se ha alejado del consenso informativo con tertulias en las que no se incluye ni a una sola voz que defienda al Ejecutivo, algo similar a lo que ocurre en ‘Horizonte’, de Cuatro.
Y en el centro de esta supuesta maniobra aparece el nombre de José Miguel Contreras, veterano productor y asesor cercano al Gobierno. Contreras, que ha visto frustrado su intento de consolidar un canal abiertamente progubernamental (fracaso que le costó su silla en el Grupo Prisa), termina la temporada con mejor sabor de boca gracias a los buenos datos de ‘Mañaneros 360’ y ‘Malas lenguas’, los dos formatos de La 1 que han logrado posicionarse como contrapeso frente a las derechizadas cadenas privadas.
TRES AÑOS DE FEELING Y 22 DE DISTANCIA
La actual rivalidad entre Pablo Motos y José Miguel Contreras resulta aún más llamativa si se tiene en cuenta que ambos compartieron una etapa de entendimiento y colaboración estrecha a principios de los 2000. De hecho, Motos trabajó a las órdenes de Contreras entre 1999 y 2002, cuando el productor era una figura clave en Globomedia y se fijó en los monólogos radiofónicos que el entonces desconocido comunicador valenciano realizaba en el programa ‘La radio de Julia’, en Onda Cero.
Contreras le ofreció un puesto en Madrid como coordinador de guión del primer gran proyecto de stand-up comedy televisivo en España: ‘El club de la comedia’, emitido por Canal+ con enorme éxito y que marcó un antes y un después en la industria televisiva. Durante tres años, Motos estuvo al frente de los guiones del programa y, a su sombra, crecieron otros proyectos de éxito vinculados al mismo universo como los espectáculos teatrales ‘5hombres.com’ y ‘5mujeres.com’.

Contreras y Motos también trabajaron codo con codo en el desarrollo de ‘La noche… con Fuentes y cía’, un late show para Telecinco grabado en el mismo Teatro Alcázar, que sirvió para lanzar la carrera de Manel Fuentes tras su irrupción en ‘Crónicas Marcianas’.
En este formato, que fue uno de los primeros intentos de adaptar con fidelidad el concepto de late show al estilo estadounidense, Pablo Motos ejerció como creador, productor ejecutivo y colaborador en su primera temporada. Sin embargo, las tensiones entre Motos y Contreras comenzaron a intensificarse.
Fuentes cercanas al proyecto aseguran que la relación se deterioró hasta tal punto que, en 2002, Motos aceptó una oferta de Daniel Gavela, entonces director general de la Cadena SER, para ponerse al frente de las mañanas de M80 Radio en sustitución del dúo Gomaespuma. Ese cambio marcó un punto de inflexión. De ahí nació ‘No somos nadie’, un programa radiofónico que se convirtió en un inesperado éxito y que acabaría sirviendo de laboratorio para lo que, en 2006, sería el nacimiento de El Hormiguero, ya en televisión… y con Gavela como director general de Cuatro.
Hoy, más de dos décadas después, lo que fue una relación de confianza y crecimiento profesional ha quedado reducida a una guerra fría con implicaciones mediáticas y políticas. Motos, ahora convertido en uno de los rostros más populares de la televisión, no oculta su rencor hacia las personas que más daño le han hecho en la profesión.
En el podcast neoliberal ‘Tengo un plan’, Motos ha sentado cátedra a través de frases de autoayuda, ha recordado que en su etapa televisiva en Globomedia fue «infeliz» y ha desvelado que un poderoso productor le dijo que nunca triunfaría en televisión por «feo». Y Contreras, que quizá se ha dado por aludido, calla tras pasar de mentor al de antagonista en una historia que mezcla egos, poder, televisión y política.
Ambos, con trayectorias que marcaron época en su día, hoy representan dos modelos antagónicos de entender la televisión: Contreras ejerce como jefe del Estado Mayor de la televisión socialista y Pablo Motos se ha convertido en icono de la misma derecha de la que se reía en ‘No somos nadie’ y los inicios de ‘El Hormiguero’.