miércoles, 16 julio 2025

Día de la IA, que triunfa con sus agentes y se resiste a ser atada en corto con la regulación

Este 16 de julio se celebra un año más el Día Internacional de la Inteligencia Artificial (IA), antes llamado Día de la Apreciación de la Inteligencia Artificial y que «se pelea» con el día 18 de mayo, promovido por la iniciativa diadelainteligenciaartificial.org. Cualquiera de estas fechas sirven para celebrar todo lo bueno que nos está aportando a la humanidad el desarrollo de esta tecnología tan disruptiva como lo fue la rueda, la imprenta o internet. Sin embargo, la IA trae consigo también sombras. El mundo del dinero sí tiene cosas que celebrar con la inteligencia artificial. La humanidad, sin embargo, irá viendo cómo le va y tendrá que adaptarse.

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Según el último estudio de la consultora IDC sobre la inteligencia artificial y su contribución a la economía mundial, las previsiones indican que la IA contribuirá con 19,9 billones de dólares a la Economía Global hasta el año 2030 y generará el 3,5% del PIB Global en ese año.

Es posible que, incluso, supere las previsiones, porque las aplicaciones que ya muestra esta tecnología en la ciencia, la tecnología y salud ofrece posibilidades de un futuro más evolucionado. Las herramientas de IA ya dominan el mercado, y simplifican enormemente la vida humana. Desde viajes y navegación hasta aplicaciones para el móvil, nuevos buscadores, agentes y asistentes; la IA ha conquistado el mundo y parece que cambiará el futuro.

la IA contribuirá con 19,9 billones de dólares a la Economía Global hasta el año 2030 y generará el 3,5% del PIB Global en ese año

El estudio de este año Slack Workforce Index elaborado por la plataforma organizativa ha revelado que el uso diario de la IA entre los trabajadores ha aumentado un 233% en seis meses, los trabajadores que utilizan esta tecnología a diario están un 81% más satisfechos con su trabajo y parece que son los millennials más se decanta por el uso de esta tecnología, ya que el 68% afirma utilizarla para tareas estratégicas.

Uno de los aspectos en los que ya está triunfando a nivel empresarial es como herramienta para aumentar la productividad a través de figuras como la del agente IA, capaz de ejecutar tareas completas de principio a fin sin necesidad de supervisión humana. En una encuesta realizada por la compañía Entelgy sobre la percepción que tienen los trabajadores españoles sobre los agentes de IA, la compañía ha constatado que el 55,6% de los trabajadores españoles se muestra dispuesto a recibir ayuda por parte de los agentes IA y el 61,8% los percibe como aliados para facilitar sus tareas.

En cuanto a la IA Act, «la UE no debe subordinar su autonomía jurídica a una baza negociadora en las negociaciones comerciales con el gobierno estadounidense

Sin embargo, el Día de la Inteligencia Artificial se creó para celebrar la historia y los logros de la tecnología y concienciar sobre sus usos actuales y futuros en la vida humana, y sobre ella también se ciernen peligros. Según un informe del Consejo Económico y social de España «el gran reto al que se enfrentan las sociedades en relación con la transformación tecnológica es lograr que la misma, principalmente la digitalización, y los desarrollos e innovaciones conexas, como la IA, se orienten hacia el progreso humano, social y medioambiental«.

Desde el CES reconocen que con la irrupción de la nueva tecnología habrá que «hacer frente a un proceso de transformación en la naturaleza del trabajo» y que esforzarse en poner el acento en la gobernanza de los cambios para asegurar que estas transiciones se produzcan «en beneficio de todos, personas trabajadoras y empresas, maximizando los beneficios de la digitalización y garantizando un uso fiable de los sistemas de IA».

Día de la IA, que triunfa con sus agentes y se resiste a ser atada en corto con la regulación
La IA celebra su días internacional anual el 16 de julio. Fuente: Agencias

La IA Y LOS LOBBIES CONTRAREGULATORIOS

Según el profesor de Derecho de Internet de la Universidad Carlos III, Moisés Barrio Andrés, que en las últimas semanas, y debido a las presiones de algunos Estados (con EE. UU. a la cabeza) y ciertas compañías tecnológicas, la Comisión Europea está considerando una pausa en la aplicación del Reglamento Europeo de Inteligencia Artificial (el RIA o AI Act) cuya aplicación está pautada para el próximo 2 de agosto, «podría parecer prudente, pero una mirada más profunda sugiere una pérdida de visión justo en el momento en que Europa necesita un verdadero liderazgo. La UE debería abordar los retos de la regulación jurídica de la IA sin rodeos: no aplazando su ambición, sino redoblando su estrategia digital».

El profesor sostiene en un artículo publicado en la web de divulgación académica The Conversation que la IA Act «no es una ley cualquiera. Políticos y observadores internacionales la señalan como el «buque insignia de la reivindicación del liderazgo mundial de la UE en la elaboración de normas para garantizar una visión regulatoria centrada en la persona».

«La UE debería abordar los retos de la regulación jurídica de la IA sin rodeos: no aplazando su ambición, sino redoblando su estrategia digital»

Según explica Barrio, desde el Libro Blanco sobre la inteligencia artificial de febrero de 2020 («un enfoque europeo orientado a la excelencia y la confianza»), el propósito ha sido no sólo garantizar la seguridad», sino también definir un camino europeo hacia una innovación en IA digna de confianza y centrada en el ser humano. Un retraso significativo o una modificación a gran escala del RIA enviaría el mensaje contrario: que la UE ya no confía en sus propias ambiciones«.

Deja claro que sí, que la IA Act es una norma compleja, pero que el Reglamento Europeo de Inteligencia Artificial es un elemento estratégico de esta visión global, e insiste en que «socavarlo, o retrasar su aplicación, no sólo prolongaría la inseguridad jurídica para las empresas europeas de IA, sino que ahogaría uno de los proyectos reguladores más ambiciosos de la UE en la última década».

Inteligencia artificial-Día de la IA, que triunfa con sus agentes y se resiste a ser atada en corto con la regulación

Se muestra orgulloso de que España haya sido pionera dentro de la UE en materia de establecimiento de normas de supervisión de la IA, al adelantarse y constituir la Agencia Española de Supervisión de Inteligencia Artificial, la AESIA. Sin embargo, el profesor reconoce que no estamos a salvo, porque «el código de buenas prácticas de modelos de IA de uso general (GPAI, por sus siglas en inglés) está siendo objeto de una dura batalla de cabildeo, sobre todo debido a las tensiones transatlánticas».

hay que ajustar bien ese código, para que no se convierta en impracticable para pymes y startups, pero nada de suspender su redacción y establecimiento, y mucho menos someternos como región a la presión geopolítica

Reconoce que hay que ajustar bien ese código, para que no se convierta en impracticable para pymes y startups, pero nada de suspender su redacción y establecimiento, y mucho menos someternos como región a la presión geopolítica, lo cual sería «una herida autoinfligida».

Y da en el clavo al explicar que la política estadounidense puede condicionar el futuro de un buen uso de la tecnología cuando indica que «al parecer, Washington ha pedido a Bruselas que detenga la aplicación de la norma» y determina que «la UE no debe subordinar su autonomía jurídica a una baza negociadora en las negociaciones comerciales con el gobierno estadounidense».

En su opinión, en lugar de retractarse de la norma, la Comisión debería aprovechar este momento para dar dos pasos audaces y muy urgentes; uno «consolidar los esfuerzos dispersos para apoyar a las pequeñas y medianas empresas», y en segundo lugar «poner en marcha una estrategia integral para la industria digital, centrada en la construcción de una infraestructura digital soberana allí donde más importa: la computación cuántica, la inteligencia artificial, la nube, las plataformas de datos resilientes y los sistemas de ciberseguridad y defensa digital».

Esta vez Europa, tal y como luchó para ser un mercado único en su momento, debe dar forma a su presente y su futuro, y no dejar «su destino a otros».


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