En España, hablar por el móvil al volante suponía una multa de 200 € y la pérdida de seis puntos del carnet, una sanción que perseguía reducir las distracciones al volante. Sin embargo, una reciente sentencia del Juzgado de lo Contencioso-Administrativo nº 15 de Madrid ha puesto patas arriba esa norma al anular una sanción impuesta a un conductor que, según los agentes, manejaba el móvil mientras circulaba.
Este fallo judicial reaviva el debate sobre la necesidad de pruebas fehacientes para imponer multas y, sobre todo, sobre el alcance real de la DGT al perseguir conductas distraídas. A continuación, desgranamos el contenido de la sentencia, su impacto en la normativa y las recomendaciones oficiales para usar dispositivos en el coche.
8El móvil como aliado, no enemigo

Conectividad y conducción pueden convivr si se cumplen unas normas básicas: activar el manos libres, programar rutas en el GPS y silenciar notificaciones que distraigan. Convertir el móvil en un asistente de viaje y no en un enemigo oculto es la máxima recomendación de la DGT.
Las nuevas normas y las tecnologías de control buscan fomentar esa cultura: un vehículo conectado que informe sin exigir manipulación, un ejército de cámaras que vigilen sin molestar y un conductor que domine su ansiedad digital.