Anabel Pantoja está atravesando un momento muy especial en su vida. A sus 39 años recién cumplidos, la influencer ha dejado atrás los episodios de agitación mediática y complicaciones médicas que marcaron el nacimiento de su hija Alma, y ahora se encuentra inmersa en una etapa más serena y emocionalmente significativa. Aunque su ritmo de vida no ha perdido intensidad —pasa sus días entre Sevilla, Córdoba y Canarias, donde reside habitualmente—, este verano está teniendo un tinte muy distinto para ella: es el primero que vive como madre, y eso lo cambia todo.
1La hija de Anabel Pantoja

La llegada de Alma ha transformado por completo sus prioridades, su forma de pensar y su percepción del tiempo. En el día de su cumpleaños, Anabel ha querido compartir una reflexión profunda con sus más de dos millones de seguidores. Lo ha hecho a través de un vídeo muy emotivo, en el que aparece con su hija en brazos, en la playa, rodeada de luz natural y mostrando una ternura que desarma. Pero más allá de la belleza del entorno, el mensaje que lo acompaña ha sido lo que ha provocado una oleada de reacciones entre sus seguidores, amigos y familiares. Por primera vez, ha verbalizado uno de los mayores miedos que le genera la maternidad.
«Con un año más y con Alma en el mundo, me he dado cuenta que la vida es para vivirla YA, AYER. Ahora solo me importa, que no le falte de nada y que sea la más feliz en esta vida«, ha confesado la influencer en un texto que, más que una felicitación, es una declaración de intenciones. Para Anabel, no hay mayor prioridad ahora mismo que el bienestar de su hija. Todo lo demás ha pasado a un segundo plano. Lo que antes ocupaba su cabeza —compromisos profesionales, viajes, presiones mediáticas— ya no tiene el mismo peso.
El mensaje, sin embargo, no se quedó en la alegría por su cumpleaños ni en la gratitud por el apoyo recibido. En esa misma publicación, la sobrina de Isabel Pantoja se ha sincerado sobre un pensamiento que la persigue desde que Alma llegó al mundo. «Me da miedo envejecer porque no quiero separarme de ella nunca, pero feliz de cumplir y estar sana y VIVA. Gracias a todos los que me escribieron para felicitarme«, ha escrito. Con estas palabras, Anabel deja entrever que el amor por su hija es tan intenso que le angustia la simple idea de no poder acompañarla siempre. Su temor no es otro que no llegar a ver crecer a Alma, no estar ahí cuando más la necesite, perderse su evolución, sus logros, sus tropiezos.