Las organizaciones del taxi ya lo avisaban, y tras la decisión de AENA de permitir a las VTC españolas, Uber, Cabify y Bolt, que tuvieran su propio espacio en el estacionamiento del aeropuerto de El Prat, como lo tienen también en Barajas, ha vuelto la polémica.
A pesar del importante monto que estas empresas desembolsaron para poder operar dentro del espacio, organizaciones como Élite Taxi o Antaxi se han mostrado en contra, y han dejado claro a la empresa pública encargada de los aeropuertos españoles que consideran que esta decisión es un ataque a todo su sector.
«El pasado 19 de junio, AENA se comprometió a poner orden en el Aeropuerto de Barcelona con medidas claras, inmediatas y contundentes. Hoy denunciamos que no se ha cumplido absolutamente nada de lo acordado: La presencia de Mossos d’Esquadra es intermitente y claramente insuficiente. No se ha habilitado ningún espacio para inmovilizar VTCs ilegales. El descontrol continúa, y la impunidad de las VTC sigue siendo la norma. Controlar las VTCs no es “tomar nota”, es inmovilizar los vehículos que no tienen autorización para hacer transporte urbano», sentencian desde Élite Taxi.
Lo cierto es que desde el anuncio la decisión de dejar que Uber, Cabify y Bolt operaran en su propio espacio dentro del estacionamiento. En particular, las tres empresas tienen ya un espacio en la zona VIP del aeropuerto, el reclamo de los taxistas viene de su posición de que según la normativa actual aplicada en Cataluña estas plataformas únicamente deberían funcionar para realizar viajes interurbanos, algo que, según el taxi, no cumplen en la práctica en particular en la ciudad de Barcelona.

De momento, desde Elite Taxi han confirmado que la organización ha empezado a solicitar los permisos de movilización, para volver a protestar cerca del aeropuerto. En otras ocasiones han aplicado estrategias de marcha lenta y otras formas de protesta cerca del aeropuerto. De momento no tienen una fecha exacta, pero la realidad es que este no es el primer conflicto de los taxistas catalanes con Aena por la organización del aeropuerto de El Prat.
EL CONFLICTO DE AENA CON LOS TAXIS DEL PRAT VIENE DE LARGO
La realidad es el duelo entre los taxistas y AENA por lo que han considerado un maltrato al prestar sus servicios en el aeropuerto de El Prat. En el pasado las protestas han sido por permitir la presencia de taxis sin los permisos correctos, la falta de mantenimiento de los espacios de descanso o bien por los problemas que han tenido al no haber trabajadores del aeropuerto en la zona señalada para los taxis en el aeropuerto. En general, no ha sido una relación fácil, que se ha complicado más precisamente por los problemas del sector con las VTC en toda España, pero en particular en la Generalitat.
Lo cierto es que es un problema relativamente común en la capital catalana. Incluso con la importancia evidente del turismo para la ciudad, y para los servicios de transporte de particulares, que incluyen tanto al taxi como a las plataformas de la llamada «nueva movilidad». Por tanto, un espacio como el aeropuerto, y en menor grado la estación de alta velocidad de Sants, son claves para sus ingresos y para la facturación de los conductores.
En cualquier caso, la realidad es que la decisión de AENA sobre El Prat y las VTC va en línea de cómo ha manejado otros aeropuertos. Además, han defendido que los espacios que usan plataformas como Uber, Cabify y Bolt en los aeropuertos no afectan la zona donde operan los taxis.
EL FUTURO DE LAS VTC DE CATALUÑA, EN EL AIRE POR LA NUEVA LEY DE TRANSPORTE
En cualquier caso, mientras que el taxi pelea por la situación del aeropuerto, la preocupación de las VTC en la Generalitat es mucho más delicada. Uber, Cabify y Bolt han dejado claro que no saben el contenido de la nueva ley de transporte que se baraja desde el Gobierno de Salvador Illa, y temen que el borrador esté diseñado de tal forma que haga imposible sus operaciones en Cataluña, en particular dentro de la Ciudad Condal.
De momento siguen buscando una reunión con el Gobierno que de momento no se produce. Lo cierto es que si en efecto la nueva ley es todavía más estricta con las medidas de los vehículos, o se confirma que exigirá hasta 6 horas de reserva para solicitar una VTC, la situación del aeropuerto será un problema secundario.