Los huevos son uno de los productos que raramente faltan en cualquier cesta de la compra. Pero no todo es tan sencillo. Sin mirar con lupa la etiqueta, el consumidor ignora variaciones que superan el 25 % en pocas semanas. La OCU desvela ahora qué marcas defraudan y cuáles merecen cada céntimo, transformando la compra diaria en un ejercicio de vigilancia y criterio.
Saber qué hay detrás de “campero” o “ecológico” evita disgustos en la cocina y en la cartera. Aplicar el ojo crítico, comparar y exigir transparencia no es capricho: es la mejor fórmula para disfrutar de huevos realmente frescos sin dejarse engañar por el marketing.
6Relación calidad-precio, un reto diario

Marcas convencionales como Guillén de Mercadona sorprenden por su equilibrio de precio y calidad, ofreciendo huevos firmes y sabores definidos a un coste competitivo. Esa combinación demuestra que se pueden producir lotes regulares sin inflar la factura.
Frente a ello, Pazo de Vilane justifica un precio más alto con frescura comprobada y emulsiones de yema que elevan recetas. Con estos ejemplos, el informe guía al consumidor hacia compras más inteligentes y menos impulsivas.