Mantener las plantas verdes y vigorosas va más allá de la luz solar y el riego frecuente. A menudo, el truco está en aportar nutrientes adicionales que fortalezcan sus raíces y hojas, algo que no exige abonos caros ni químicos agresivos. La clave reside en un recurso doméstico que todos desperdiciamos sin darnos cuenta: el agua de cocción de los huevos.
Ese líquido cargado de calcio, magnesio y fósforo es un verdadero maná para tus plantas, pues ayuda a desarrollar raíces más robustas, fortalece las paredes celulares y potencia el crecimiento. A partir de ahora, cada vez que hiervas huevos no lo viertas al fregadero: guárdalo y úsalo como abono líquido, ecológico y gratis.
4Cómo preparar el abono casero perfecto

Para transformar el agua de cocción en un abono eficaz, espera a que se enfríe por completo antes de manipularla. Una vez fría, pásala a una regadera limpia o a una botella con boquilla, evitando trasvasar partículas sueltas. Evitar el calor directo protege las raíces, que son sensibles a temperaturas extremas.
A continuación, vierte esta solución directamente en la base de la maceta o cama de cultivo, procurando no mojar el follaje. Al contacto con el sustrato, los nutrientes se liberan lentamente, nutriendo la planta durante varios días. Repite el proceso cada cuatro semanas para mantener la salud óptima de tus plantas…