El picante de los chiles puede ser tu gran aliado. Imagínate terminar la comida con esa sensación de plenitud justa: ni pesadez, ni antojo. Solo un leve cosquilleo en la lengua, una ola de calorcito interno y la certeza de que tu metabolismo está funcionando a todo ritmo. Ese pequeño milagro culinario lo provoca la capsaicina, el compuesto estrella de los chiles picantes. No necesitas dietas estrafalarias ni suplementos exóticos; basta con añadir una buena dosis de ají al plato para reducir el apetito, acelerar la quema de calorías y —de paso— alegrar el paladar.
A continuación, te contamos cómo funciona la capsaicina, qué chiles son tus mejores aliados, cuánto conviene consumir y qué precauciones debes tener en mente para disfrutar del picante de forma segura. Lo haremos con un lenguaje claro, como si conversáramos después de comer en la terraza mientras compartimos una salsa casera de chile habanero.
3Chiles accesibles que puedes incorporar sin complicaciones

Hay cientos de variedades, pero la mayoría de los consumidores comparte una misma duda: ¿cuál elegir para aprovechar sus beneficios sin sufrir demasiado? Aquí tienes un repaso por los chiles más habituales en mercados y supermercados de Hispanoamérica y España. No verás tablas —para no romper la promesa de evitar cuadros—, pero sí valores aproximados de picor medido en unidades Scoville (SHU).
- Jalapeño (2 500–8 000 SHU). Es el amigo de los principiantes. Aporta frescura, un punto de acidez y un picante medio que permite comerlo en rodajas crudas, encurtido o asado. Añádelo a ensaladas, tacos o pizzas caseras. Con uno o dos jalapeños diarios obtienes una dosis moderada de capsaicina.
- Serrano (10 000–25 000 SHU). Un paso más arriba. Más delgado que el jalapeño y con un sabor herbáceo. Se usa mucho en salsas verdes mexicanas. Basta con licuarlo con cilantro y limón para tener un aderezo genial que evita comer de más: con cada bocado sentirás saciedad antes.
- Cayena o chile de árbol (30 000–50 000 SHU). Seco y muy aromático, perfecto para espolvorear en polvo o infusionar en aceite. Unas pizcas sobre huevos revueltos o sobre sopas son suficientes para activar la termogénesis sin abrumar el paladar.
- Habanero (100 000–350 000 SHU). El favorito de quienes disfrutan del picor fuerte, pero con matices frutales. Va fenomenal en ceviches y en salsas de mango o piña. Si eres novato, empieza con un cuarto de habanero finamente picado en toda la receta y ajusta la próxima vez.
- Rocoto o locoto (hasta 250 000 SHU). Clásico andino, carnoso y lleno de semillas negras. Bien cocido en guisos libera un picante intenso pero aterciopelado. Ideal para rellenar y hornear, evitando frituras calóricas.
- Carolina Reaper (más de 1 400 000 SHU). Solo para valientes experimentados. Una cantidad mínima te bastará para diez raciones. Su uso más sensato es microdosificarlo en salsas y aderezos. Beneficio: con tan poco volumen añades capsaicina sin apenas aportar calorías.