La Promesa experimenta este mes una tensión imposible de soportar, donde el entramado argumentativo posee traiciones, secretos, luchas entre los diferentes poderes. La ficción de RTVE que reduce su emisión a únicamente tres episodios, promete giros inesperados que dejarán atónico a cualquier espectador. Los peligros que se ciernen sobre Luján y el declive de Leocadia… Cualquier escena está llena de drama y suspenso. Con las distintas lealtades y ambiciones que van surgiendo en los personajes a medida que se desarrolle la serie, el escenario toma forma para una profunda transformación del relajo avenir de la finca.
3ALIANZAS INESPERADAS EN LA PROMESA

Manuel y Enora encuentran la complicidad en medio del caos, una comunión que podría romper la balanza del poder en la finca. Mientras Leocadia se empeña en poner su voluntad, Manuel aumentará el peso para hacer ver que está en la lucha y ese es su cotracto oculto, su carta en el juego oculto. Por otro lado, Catalina y Martina se confrontan nuevamente, esta vez en la guasa de la finca y la amenaza del Barón de Valladares.
La relación entre Manuel y Enora no es solamente la del trabajo, hay una complicidad que no dejará de percibirse. «Ella es todo lo que Leocadia menosprecia, el talento, la independencia, una mente excelente», opina uno de los testigos. «Toda una unión de las que no se dan, su encuentro es una declaración de guerra contra el viejo orden», añade. Juntos planean modernizar los talleres, pero la cosa podría irse al traste si Leocadia prevaleciera.
La tensión va a alcanzar su clímax en el momento en que Enora, cansada de soportar la infravaloración, se va a enfrentar a Leocadia en acto público y ese desafío va a desatar una pelea que dejará huella. Por los pasillos del servicio, la llegada del nuevo mayordomo, Cristóbal Ballesteros, hace aflorar una tensión. Aunque Ricardo, Petra y Pía están en desacuerdo entre ellos, encuentran, sin embargo, un enemigo común en sus formas autoritarias. «Ballesteros provoca respeto, pero también desconfianza.
La medida que origina la situación, es cuando Ballesteros prohíbe a l@s criados reunirse después del trabajo, una medida que Petra considera intolerable. «Sin Rómulo aquí somos nosotros quienes tenemos que defendernos», dice a sus compañeros en voz muy baja. Lo que comienza como un murmullo de descontento pronto se convertirá en un movimiento organizado. Pía, quien ha mantenido una postura neutral y ha evitado tomar partido, queda arrastrada por la rebelión cuando Ballesteros acusa a uno de los suyos con motivos erróneos.