sábado, 19 julio 2025

El peligro de usar las redes WiFi públicas de aeropuertos y cafeterías: así te roban los datos en 2 minutos

El acceso a una red WiFi se ha convertido en una necesidad básica en la sociedad moderna, tan indispensable como el café que nos tomamos por la mañana en nuestra cafetería de confianza. Nos conectamos en aeropuertos para matar el tiempo de espera, en hoteles para trabajar o en centros comerciales para consultar una simple reseña. Esta conectividad constante nos ofrece una comodidad innegable, pero al mismo tiempo nos expone a un peligro invisible y silencioso. Cada vez que pulsamos «conectar» en una red pública, estamos abriendo una puerta de par en par para que los ciberdelincuentes accedan a nuestra vida digital, a menudo sin que seamos conscientes del riesgo hasta que es demasiado tarde.

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La confianza es nuestro mayor enemigo en este escenario. Damos por sentado que la red con el nombre del establecimiento es segura, una extensión del servicio que nos ofrecen. Sin embargo, esta suposición es la base de una de las estafas más efectivas y rápidas que existen. Los atacantes no necesitan complejos conocimientos de hackeo ni equipos sofisticados, solo un poco de ingenio y la apatía generalizada de los usuarios. La cruda realidad es que cualquiera con un simple dispositivo y un software accesible puede robarte los datos en menos tiempo del que tardas en pedir un segundo café, aprovechando la facilidad con la que un atacante puede crear una réplica exacta de una red legítima para engañarnos.

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MÁS ALLÁ DE LA VPN: HÁBITOS PARA UNA HIGIENE DIGITAL SEGURA

Fuente Pexels

Aunque la VPN es la herramienta más eficaz, debe complementarse con una serie de buenos hábitos de higiene digital. Lo primero es la desconfianza selectiva. Antes de conectarte a una red WiFi pública, pregunta a un empleado del establecimiento cuál es el nombre exacto de la red oficial. Además, desactiva la opción de tu dispositivo que se conecta automáticamente a redes abiertas conocidas, ya que esto podría conectarte a una red maliciosa sin tu consentimiento explícito. Pequeños gestos de precaución marcan una gran diferencia.

Finalmente, el sentido común es el mejor antivirus. Evita realizar operaciones sensibles como transacciones bancarias, compras online o iniciar sesión en portales importantes mientras estés conectado a una red WiFi que no sea la de tu casa o tu propia tarifa de datos. La comodidad de la conexión gratuita nunca puede estar por encima de la seguridad de tu vida digital. Adoptar una mentalidad proactiva y un sano escepticismo, es la única forma de navegar con seguridad por un mundo cada vez más conectado, donde la próxima amenaza puede estar, literalmente, en la mesa de al lado.

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