Esta serie trae siempre consigo la pasión y las ansias de descubrir cada giro en una de las series más adictivas de la pantalla pequeña. No referimos a La Promesa. Las conversaciones en redes se llenan de teorías, emociones a flor de piel y un afán casi devoto por cada nuevo episodio. Sus seguidores viven cada trama como si fuera propia y esperan con avidez cualquier guiño adicional que refuerce la magia.
En este escenario de fandom entregado, RTVE se sumerge en su estrategia más ambiciosa: unir a la audiencia con la producción de un modo insólito. Ahora, la fidelidad deja de ser un gesto pasivo y se transforma en acción participativa. El vínculo entre espectadores y equipo de rodaje se estrecha de forma inimaginable.
7La complicidad como nuevo eje narrativo

RTVE no solo entrega premios: refuerza la complicidad diaria con ‘La Promesa’. Incentivar la participación convierte cada visionado en un acontecimiento colectivo, un ritual que va más allá del simple consumo audiovisual.
La emoción ya no acaba con los créditos finales: los puntos acumulados funcionan como testigos de la entrega de cada fan, una estadística viva que alimenta debates y motiva a seguir descubriendo secretos de la trama de La Promesa