La DGT tiene en su punto de mira un aspecto del mantenimiento del vehículo que la mayoría de conductores cree tener bajo control, pero que esconde trampas que pueden costar muy caras. Todos sabemos que la profundidad del dibujo de los neumáticos no puede ser inferior a 1,6 milímetros, una cifra grabada a fuego en la mente de cualquier conductor. Sin embargo, lo que muchos ignoran es que superar esta prueba no es un salvoconducto universal. Existe una letra pequeña, una serie de condiciones que pueden convertir unos neumáticos aparentemente legales en motivo de una sanción considerable, porque ese mínimo legal no es la única barrera que nos separa de una sanción.
La sorpresa llega cuando un agente nos detiene y, tras una inspección visual, nos informa de que nuestros neumáticos, a pesar de tener un surco profundo, no son aptos para la circulación. Esta situación, cada vez más frecuente en los controles de carretera, no es un capricho ni una interpretación subjetiva. Se basa en criterios de seguridad vial muy específicos que van más allá de una simple medida. La clave para entenderlo es que, la seguridad activa del vehículo depende de cuatro superficies de contacto no más grandes que la palma de una mano, y su estado óptimo es innegociable.
2EL DNI DEL NEUMÁTICO: CUANDO LA FECHA DE CADUCIDAD SÍ IMPORTA

Aunque parezca sorprendente, los neumáticos tienen fecha de caducidad, no legal pero sí funcional. La goma, como cualquier compuesto orgánico, se degrada con el tiempo, perdiendo sus propiedades de elasticidad y adherencia. Aunque la DGT no establece una fecha de caducidad legal explícita, los fabricantes y expertos coinciden en que un neumático no debería usarse pasados diez años desde su fabricación. Esta fecha se puede consultar en el flanco del neumático, en el conocido código DOT, siendo los últimos cuatro dígitos los que indican la semana y el año de fabricación del mismo.
La razón por la que un neumático «caducado» es peligroso es que el caucho se reseca y endurece, aumentando drásticamente el riesgo de un reventón, especialmente a altas velocidades o en días de mucho calor. Aunque el dibujo esté intacto, la estructura interna puede estar debilitada. Por este motivo, y amparándose en la falta de condiciones óptimas de seguridad, la DGT puede sancionar un neumático con más de una década de antigüedad, ya que su comportamiento en una frenada de emergencia o sobre suelo mojado puede ser completamente impredecible.