La muerte de Michu, madre de la hija de José Fernando Ortega Mohedano, ha conmocionado tanto a su entorno cercano como al público que durante años la vio luchar por su estabilidad personal y familiar. Fallecida el pasado lunes a los 33 años tras sufrir varios infartos, Michu llevaba tiempo sometiéndose a pruebas médicas debido a una enfermedad cardíaca congénita. Según Marta López en ‘Vamos a ver’, la joven estaba pendiente de que le implantaran un nuevo marcapasos, ya que uno de los stents que tenía no funcionaba correctamente. Su fallecimiento ha generado una ola de consternación entre quienes la querían, pero también ha abierto una herida inesperada: la distancia evidente entre su familia y la de su expareja, José Fernando, durante los momentos más duros del adiós.
2La familia de José Ortega Cano

Sus palabras han reflejado el profundo malestar que siente su familia, que sí ha logrado mantenerse unida en estos momentos tan delicados. “Estamos mal. Cada vez se la echa más de menos. No sé cuánto tiempo durará esto. Necesito distraerme, tranquilizarme, irme donde pueda relajarme. Es muy difícil. Mi madre está mal, mal. La familia sí estamos haciendo piña. Están mis tías con ella. Se viene abajo, va a ratos, pero está mal”, explicó con voz rota. Su testimonio no solo refleja la pérdida de una hermana, sino también la angustia de sentirse desatendidos por aquellos que deberían haber estado más implicados, al menos por el bien de la niña.
El relato de Tamara también incluyó un estremecedor recuerdo del momento exacto de la muerte de Michu. “Yo estuve con Michu una hora antes de fallecer. Ella estaba mal por otros síntomas, fue al médico y se lo cortaron. Fue al siguiente cuando le pasó esto por la noche. No tenía que ver una cosa por la otra. Nos han dicho que se quedó inconsciente y que la intentaron reanimar. Fueron tres infartos. Todo sucedió sobre las 11. Tenía un marcapasos y hace un mes nos dijo que no funcionaba. A mí me avisó la camarera que vive debajo de la casa de mi hermana, que es una amiga de mi infancia. Fui corriendo y la vi allí tirada en el suelo mientras la estaban reanimando. Me quedé en shock por completo”, confesó, visiblemente afectada.
Aunque Tamara quería expresar con más profundidad el dolor que le han causado los gestos de la familia de Ortega Cano, el presentador Frank Blanco optó por interrumpir su intervención en directo. Consideró que no era el momento adecuado para ese tipo de declaraciones, al tratarse de un asunto “muy reciente”. No obstante, le ofreció acudir al plató este viernes 11 de julio para poder hablar sin restricciones y contar con detalle lo que ha vivido su familia durante estos días tan amargos. Un espacio donde podrá compartir su visión sobre el comportamiento de Gloria Camila, de José Fernando e incluso del propio torero.
A pesar del dolor por su muerte, Michu había dejado algunas instrucciones claras sobre el futuro de su hija. Tenía asumido que su enfermedad podía llevarla a un final prematuro, por lo que expresó que deseaba que, en caso de que ella faltara, Rocío quedara al cuidado de su abuelo paterno, José Ortega Cano. Esta voluntad plantea una situación compleja, especialmente tras las declaraciones de su hermana, que ha mostrado su descontento con la actitud de esa familia durante el funeral y los días posteriores. Lo que está claro es que el futuro de la pequeña Rocío estará ahora más que nunca en el centro de todas las decisiones, mientras ambas familias intentan recomponerse del mazazo emocional que ha supuesto la inesperada muerte de Michu.