Durante el verano, la frescura de una pieza de fruta bien madura puede marcar la diferencia entre un bocadillo aburrido y un auténtico placer veraniego. Sin embargo, no todos los establecimientos mantienen la calidad al mismo nivel, lo que convierte cada compra en una pequeña lotería. Obviar este hecho lleva a decepciones al primer bocado, y también a una factura que sube sin que uno sepa muy bien por qué. La OCU
Con el calor apretando y la fruta accesible a todas horas, es esencial contar con datos confiables que orienten la elección. Apostar por un supermercado u otro sin información previa equivale a lanzarse a la piscina sin comprobar la temperatura: puede ser un acierto… o un auténtico suplicio.
8Señales para detectar fruta de baja calidad

Antes de acercar la pieza a la boca, existen indicios reveladores: ausencia de aroma, superficie socarrada y ligereza excesiva sugieren un interior hueco o reseco. La OCU recomienda oler cada pieza y presionar con suavidad para comprobar resistencia y jugosidad.
Un vistazo rápido no basta: inclinar la fruta, valorar su firmeza y descartar manchas grandes ahorra decepciones. Ese pequeño protocolo convierte la compra diaria en una rutina eficaz, con resultados más satisfactorios.