Durante el verano, la frescura de una pieza de fruta bien madura puede marcar la diferencia entre un bocadillo aburrido y un auténtico placer veraniego. Sin embargo, no todos los establecimientos mantienen la calidad al mismo nivel, lo que convierte cada compra en una pequeña lotería. Obviar este hecho lleva a decepciones al primer bocado, y también a una factura que sube sin que uno sepa muy bien por qué. La OCU
Con el calor apretando y la fruta accesible a todas horas, es esencial contar con datos confiables que orienten la elección. Apostar por un supermercado u otro sin información previa equivale a lanzarse a la piscina sin comprobar la temperatura: puede ser un acierto… o un auténtico suplicio.
4Ahorrar no siempre sale a cuenta

Bonàrea presumía de precios bajos, capaces de ahorrar mas de 1 000 euros al año en la cesta de la compra. Sin embargo, ese ahorro se esfuma si gran parte de la fruta acaba en la basura. Gastarse menos en la tienda puede traducirse en más gasto en desperdicio, señala el informe.
La cuestión no es solo precio por kilo, sino precio por pieza consumible. Cuando el 30 % de lo adquirido termina inservible, el balance económico resulta negativo. Elegir calidad de entrada se convierte, en realidad, en una opción más rentable según la OCU.