Amador Mohedano ha roto su silencio de la forma más dolorosa posible al recordar los últimos días de vida de su hermana Rocío Jurado. Ha sido en el programa ‘Tardear’, donde se han emitido fragmentos inéditos de una entrevista grabada en 2015, en la que el hermano de ‘La Más Grande’ se muestra completamente devastado al narrar el sufrimiento que vivió su familia durante la enfermedad de la artista. Por primera vez, el exrepresentante y figura televisiva ha verbalizado con crudeza los momentos más difíciles de aquel proceso, que culminaron con la muerte de Rocío en 2006, víctima de un cáncer de páncreas. En las imágenes, la emoción y la impotencia de Amador son tan evidentes que cuesta no empatizar con su dolor. “No puedo más”, confiesa, con la voz quebrada, al rememorar la escena en la que su hermana le miró a los ojos y le anunció que se rendía.
1Amador Mohedano ha roto su silencio

El testimonio de Amador Mohedano va más allá del drama emocional, y pone el foco también en el esfuerzo médico, económico y humano que se realizó para tratar de salvar la vida de la cantante. Según relata, el tratamiento recibido por Rocío Jurado en la clínica Anderson de Houston, conocida por sus avances médicos de vanguardia, no consiguió detener la enfermedad. “Lo único que conseguimos en Houston fue que le alargasen la vida cinco meses más”, asegura Amador, en un relato sincero y desgarrador. Explica que el proceso fue muy irregular: algunos días parecía que mejoraba, pero las recaídas llegaban con más fuerza. Recuerda también la angustia de verla en condiciones tan duras y el momento en que, al llegar al hospital, no pudo contener el horror: “Me quería morir, de verla”.
En su conversación con el periodista Tino Torrubiano, el hermano de la artista también ofreció detalles concretos sobre el tipo de pruebas clínicas a las que se sometía su hermana, así como del alto precio que pagaron por intentarlo todo. Contó que había exámenes que duraban hasta ocho horas y que, en algunas ocasiones, la trasladaban a salas heladas en ascensores diseñados para tratamientos muy específicos. “Había pruebas que costaban miles de euros, y médicos que cobraban 2.000 euros por dos minutos”, reveló, dejando claro que el sufrimiento de la familia no solo fue emocional, sino también logístico y económico. Pese a todos los recursos invertidos, la enfermedad fue implacable.

El momento más estremecedor del testimonio llega cuando Amador narra las últimas horas de vida de Rocío Jurado, en las que ella misma anunció su rendición. “Un día entro en la habitación, sale del cuarto de baño y me mira… Me dice: no puedo más, tiro la toalla”, recordó. Horas después, en un gesto profundamente simbólico y lleno de amor, la artista le dedicó una canción: “Por la mañana empieza a cantarme ‘Sin embargo te quiero’”. Estas palabras estremecen tanto por su belleza como por su fatalidad, pues son el retrato final de una mujer que lo había dado todo sobre los escenarios y en su vida privada, y que se despidió haciendo lo que mejor sabía: cantar.
Estas declaraciones, ocultas durante años y ahora emitidas por primera vez, han provocado una ola de emociones entre los seguidores de la artista y del clan Jurado-Mohedano. Muchos no habían visto jamás a Amador tan roto y sincero, alejado del personaje mediático que en ocasiones ha protagonizado enfrentamientos públicos. Aquí se muestra simplemente como un hermano que perdió a una figura insustituible y que, más de dos décadas después, sigue sin poder cerrar esa herida. Su relato humaniza aún más la figura de Rocío Jurado y ofrece una mirada íntima y sobrecogedora a su trágico final, con la voz de quien la conoció mejor que nadie.
El impacto de estas declaraciones ha sido inmediato, reabriendo un capítulo muy doloroso tanto para la familia como para los admiradores de Rocío Jurado. La emisión del testimonio de Amador Mohedano no solo ha recordado la crudeza de la enfermedad, sino también la lucha incondicional que toda la familia mantuvo hasta el último aliento de la artista. Aunque han pasado casi veinte años desde su fallecimiento, la forma en que su hermano revive cada momento con tanto detalle y emoción demuestra que la pérdida sigue muy presente, y que el vacío dejado por ‘La Más Grande’ continúa siendo imposible de llenar.