¡Vaya calorazo que está haciendo estos días en todo el país! Pero más allá de las personas y animales, los electrodomésticos y aparatos tecnológicos también lo sufren a su manera. Guardar el móvil en el bolso puede convertirse en toda una odisea cuando el termómetro sube de 35 °C, y todo porque tu dispositivo absorbe el calor como una esponja. En un instante, notas cómo la pantalla se atenúa, las apps se traban y la batería cae en picado sin avisar. De pronto, dejar de grabar ese vídeo o de chatear con los amigos se vuelve una necesidad imperiosa para evitar sustos.
Por suerte, existen trucos fáciles y efectivos que te permitirán proteger tu móvil sin renunciar a capturar cada instante del verano. Con unos sencillos gestos —sombra, ventilación y ajustes inteligentes— tu smartphone sufrirá mucho menos y estará listo siempre que lo necesites. Anota estas recomendaciones y dile adiós al mensaje de “temperatura alta” antes de que arruine tu día.
2Apagado inmediato y funda fuera
¿Has dejado el móvil en el coche mientras tomabas algo fresquito? Cuando vuelva a tus manos y notes que está al rojo vivo, apágalo sin dudarlo y quítale la funda. La mayoría de carcasas conservan el calor, convirtiendo tu teléfono en un auténtico radiador de bolsillo que termina estropeando la batería o la pantalla.
Colócalo después en un lugar fresco, seco y ventilado (nada de neveras ni hielo directo), así aceleras la bajada de temperatura de forma segura y evitas condensaciones internas que podrían dejarte sin móvil justo cuando más lo necesitas.
