Este verano las carreteras se convirtieron en un auténtico rompecabezas. Obras, desvíos y señales nuevas por doquier. La DGT decidió poner punto final al caos y lanzó un control masivo del 23 al 29 de junio. Miles de conductores ni se enteraron de los cambios.
Imagina circular con total normalidad y de repente recibir una multa. Es fácil pensar “a mí no me pasará”, pero basta un pequeño despiste para llevarte la sorpresa. ¿Quieres saber qué hicieron mal todos esos conductores? Sigue leyendo, porque el gran misterio se desvela en el tercer subtítulo.
1Convierten la carretera en un laberinto temporal

Cada verano, la DGT ve cómo tramos de obras brotan como setas tras la lluvia. Conos, paneles y carriles provisionales cambian el paisaje de un día para otro. Pasar de largo sin modificar tu forma de conducir es jugar a la ruleta rusa.
Estos fragmentos de vía obligan a reducir velocidad y a extremar la atención. Sin embargo, muchos pasan con la misma chispa y sin frenar. No entender el entramad temporal conlleva multas, sustos y sobresaltos. Prestar atención a cada señal es vital.