Cayetana Rivera atraviesa un momento delicado en el terreno personal tras poner punto final a su relación con Manuel Vega, su pareja desde hace casi cuatro años. La joven, hija de Francisco Rivera y Eugenia Martínez de Irujo, ha roto con quien fue su gran apoyo y compañero desde que comenzaran a salir en 2020. Aunque a lo largo de su noviazgo ya habían superado algunas crisis, esta vez la separación parece más firme. Personas de su entorno aseguran que Tana está triste, apagada y sin demasiado ánimo, y que su familia se ha volcado con ella para ofrecerle consuelo y cercanía en estos días tan complicados.
2Cayetana Rivera se refugia en su madre

Manuel, que en su juventud llegó a proclamarse campeón de España con el equipo juvenil del Sevilla, comparte con Ramos la pasión por el fútbol, aunque decidió centrarse en el mundo empresarial. Hijo de Pilar Vergas, una de las pioneras del fútbol femenino en España, ha crecido en un entorno muy dinámico y vinculado al deporte y al ocio. Su éxito social, sin embargo, no ha sido suficiente para superar las diferencias personales que lo separaban de Cayetana. Las prioridades, las formas de entender la vida y las aspiraciones de ambos no han terminado de encajar a largo plazo.
Aunque no se ha confirmado si la ruptura será definitiva o si cabe la posibilidad de una futura reconciliación, lo cierto es que por el momento Tana ha preferido refugiarse en su madre y su círculo íntimo. El tiempo dirá si esta crisis marca el final definitivo de su historia con Manuel Vega o si, como en ocasiones anteriores, la distancia termina dando paso a una nueva oportunidad. Por ahora, Cayetana Rivera se centra en recomponer su vida emocional, en avanzar con sus proyectos profesionales y en recuperar poco a poco la calma que necesita para superar esta etapa.
En estos días complicados, la joven aristócrata ha decidido mantener un perfil discreto, sin hacer declaraciones ni compartir detalles sobre su situación sentimental en redes sociales. La presencia constante de su madre, con quien mantiene una relación especialmente estrecha, ha sido fundamental para afrontar este momento. Eugenia Martínez de Irujo ha demostrado una vez más su papel de apoyo incondicional, no solo como madre, sino también como confidente, procurando que su hija se sienta arropada y comprendida en un proceso tan íntimo como una ruptura sentimental.
Mientras tanto, el entorno de Cayetana trata de preservar su tranquilidad, evitando alimentar especulaciones o generar una presión mediática que no desea. Aunque siempre ha estado vinculada a una familia muy conocida, Tana ha optado por llevar una vida alejada del foco público, centrada en su trabajo, sus amistades y sus nuevos intereses creativos. En este periodo de transición, parece haber encontrado en su familia el mejor refugio para recuperar el equilibrio emocional, mientras define los próximos pasos en su vida personal y profesional.