La entrevista más íntima de Terelu Campos ha sacudido a la audiencia de ‘De Viernes’. En un formato inédito para ella, guiada por una psicóloga especializada, la hija de María Teresa Campos ha bajado todas sus defensas y se ha sincerado como nunca antes. Emocionada, temblorosa por momentos, pero siempre contundente, ha hecho un repaso valiente y desgarrador de sus últimos años, marcados por la enfermedad, el dolor y el miedo. Y entre esas confesiones, una especialmente ha impactado al público: la devastadora petición que le ha hecho a su hija, Alejandra Rubio, con respecto al final de su vida.
1La confesión de Terelu Campos

Terelu ha decidido abrirse en canal, sin eufemismos ni filtros. A sus casi 60 años, la presentadora ha compartido cómo ha tenido que forjarse una coraza frente a las críticas, los juicios y las mentiras que se han dicho sobre ella: «He adquirido capas y corazas para que las manifestaciones a las que estoy expuesta, algunas falsas y alucinantes, me afecten lo menos posible», confesaba con serenidad. Pero detrás de esa supuesta fortaleza, se escondía una mujer que aún arrastra secuelas físicas y emocionales muy profundas.
Uno de los episodios más duros que revivió fue el de la doble mastectomía a la que se sometió hace más de una década. “La doble mastectomía ha tenido consecuencias físicas y psicológicas… Yo soy lo que me ha ocurrido a lo largo de estos 60 años”, admitía. Al ver imágenes de ella durante el tratamiento, visiblemente afectada, confesó que le resultaba imposible reconocerse: “No podía verme con la peluca, me sentía disfrazada”, dijo, apartando la mirada mientras revivía el impacto que tuvo en su autoestima. Pero más allá de los efectos de la enfermedad física, Terelu se sinceró sobre otro miedo aún más profundo: la decadencia mental. Y en ese punto, habló con especial sensibilidad sobre el deterioro que sufrió su madre, María Teresa Campos, durante los últimos años de su vida. Entre lágrimas, confesó lo que significó para ella acompañar a la veterana periodista en ese proceso: «¿Quién me iba a decir que mi madre tuviera que irse de esa manera tan terrible?», se preguntaba, visiblemente afectada.