La seguridad de tu router doméstico es, probablemente, uno de los aspectos más subestimados de la vida digital moderna. Este aparato, que parpadea discretamente en un rincón del salón o del despacho, es la puerta de entrada principal a internet para todos nuestros dispositivos. Sin embargo, también puede convertirse en la puerta de entrada para actores maliciosos si no se toman las precauciones adecuadas. Un reciente informe de la Oficina de Seguridad del Internauta (OSI) arroja un dato demoledor, y es que una abrumadora mayoría de los usuarios españoles ignora dos configuraciones críticas que podrían blindar su red. Estas opciones, lejos de ser complejas, están al alcance de cualquiera, pero permanecen ocultas en los menús de configuración que casi nadie se atreve a explorar.
La comodidad se ha convertido en el enemigo silencioso de la seguridad en el hogar. Los fabricantes y las operadoras entregan los equipos listos para enchufar y usar, priorizando la facilidad de instalación sobre la protección robusta. Esta filosofía del «plug and play» deja abiertas vulnerabilidades conocidas que son explotadas a diario por ciberdelincuentes de todo el mundo. Lo más alarmante es que no hace falta ser un objetivo de alto valor para estar en el punto de mira, ya que la mayoría de los ataques son automatizados y masivos. La buena noticia es que cambiar esta situación, y pasar de ser una diana fácil a un objetivo prácticamente invisible, requiere apenas unos minutos de nuestro tiempo y ninguna habilidad técnica avanzada, solo la voluntad de darle una vuelta a esas opciones que vienen por defecto.
5CONVIERTE TU RED EN UN BUNKER: EL TOQUE FINAL DE SEGURIDAD

Modificar el puerto de gestión remota es tan sencillo como desactivar el WPS. Dentro del mismo panel de configuración del router, debemos buscar una sección que generalmente se llama «Administración», «Seguridad» o «Gestión Remota». En este apartado, encontraremos una opción para habilitar o deshabilitar el acceso remoto vía SSH o Telnet, y justo al lado, un campo para especificar el número del puerto. Si no necesitamos el acceso remoto, lo más seguro es desactivarlo por completo. Si por algún motivo lo requerimos, el paso crucial es cambiar el número 22 por otro valor alto y aleatorio, superior a 1024 y que no sea fácilmente adivinable. Un número como el 52481, por ejemplo, hará que nuestro dispositivo desaparezca del radar de los escáneres masivos.
Finalmente, el broche de oro para fortificar nuestro router es realizar la acción que mencionamos antes: cambiar la contraseña de administrador. Esta no es la contraseña de la red wifi, sino la que nos da acceso a este panel de configuración. Dejar la que viene por defecto es el error más común y peligroso. En la misma sección de «Administración» o «Seguridad», encontraremos la opción para establecer una nueva contraseña. Debemos elegir una que sea larga, compleja y que no utilicemos en ningún otro servicio. Al combinar estas tres acciones —desactivar WPS, cambiar el puerto de gestión y establecer una contraseña de administrador robusta—, transformamos un router genérico y vulnerable en un dispositivo seguro y personalizado, garantizando que el guardián de nuestro castillo digital esté verdaderamente alerta y protegiendo todo lo que valoramos.