La seguridad de tu router doméstico es, probablemente, uno de los aspectos más subestimados de la vida digital moderna. Este aparato, que parpadea discretamente en un rincón del salón o del despacho, es la puerta de entrada principal a internet para todos nuestros dispositivos. Sin embargo, también puede convertirse en la puerta de entrada para actores maliciosos si no se toman las precauciones adecuadas. Un reciente informe de la Oficina de Seguridad del Internauta (OSI) arroja un dato demoledor, y es que una abrumadora mayoría de los usuarios españoles ignora dos configuraciones críticas que podrían blindar su red. Estas opciones, lejos de ser complejas, están al alcance de cualquiera, pero permanecen ocultas en los menús de configuración que casi nadie se atreve a explorar.
La comodidad se ha convertido en el enemigo silencioso de la seguridad en el hogar. Los fabricantes y las operadoras entregan los equipos listos para enchufar y usar, priorizando la facilidad de instalación sobre la protección robusta. Esta filosofía del «plug and play» deja abiertas vulnerabilidades conocidas que son explotadas a diario por ciberdelincuentes de todo el mundo. Lo más alarmante es que no hace falta ser un objetivo de alto valor para estar en el punto de mira, ya que la mayoría de los ataques son automatizados y masivos. La buena noticia es que cambiar esta situación, y pasar de ser una diana fácil a un objetivo prácticamente invisible, requiere apenas unos minutos de nuestro tiempo y ninguna habilidad técnica avanzada, solo la voluntad de darle una vuelta a esas opciones que vienen por defecto.
3CERRANDO LA PUERTA CON LLAVE: EL FIN DEL WPS EN TRES PASOS

Desactivar esta función es un proceso sorprendentemente sencillo que nos llevará menos de cinco minutos. El primer paso es acceder al panel de configuración de nuestro router. Para ello, abrimos un navegador web en un ordenador conectado a la red y escribimos en la barra de direcciones la puerta de enlace del dispositivo, que suele ser 192.168.1.1 o 192.168.0.1. El sistema nos pedirá un nombre de usuario y una contraseña para entrar, datos que normalmente se encuentran en una pegatina en la parte inferior o trasera del propio aparato. Es fundamental cambiar también esta contraseña de administrador por una propia y robusta, pero eso lo abordaremos como el toque final de nuestra puesta a punto de seguridad.
Una vez dentro del panel de administración, debemos navegar por los menús hasta encontrar la sección dedicada a la configuración de la red inalámbrica o «Wireless». Dentro de este apartado, suele haber una pestaña o submenú específico llamado «WPS» o «Wi-Fi Protected Setup». La interfaz varía entre fabricantes, pero la opción será clara e inequívoca. Allí encontraremos un interruptor, una casilla de verificación o un menú desplegable que nos permitirá deshabilitar la función por completo. Simplemente tenemos que seleccionar la opción «Desactivar» o «Disable», y lo más importante, no olvidar pulsar el botón de «Guardar» o «Aplicar cambios» para que la nueva configuración del router se haga efectiva y la vulnerabilidad quede cerrada para siempre.