miércoles, 9 julio 2025

Lydia Lozano confiesa todos los problemas que ha tenido por trabajar en ‘La familia de la Tele’

Tres semanas después de la cancelación de La familia de la tele en TVE, Lydia Lozano ha decidido hablar alto y claro sobre todo lo que ha vivido desde que aceptó formar parte de ese proyecto televisivo. Lo ha hecho en el pódcast Mola Mazo, presentado por Óscar Repo, donde se ha sincerado sin tapujos sobre el ambiente del programa, su estado anímico durante la emisión, las advertencias que dio al equipo y cómo ha afectado todo este proceso a su vida personal y profesional. Después de semanas de silencio, la colaboradora ha sacado a la luz un testimonio que, por su honestidad y contundencia, no ha dejado indiferente a nadie.

Publicidad

1
Un programa muy complicado

«Es la primera vez que no me he puesto histérica», asegura Lydia, haciendo balance de una experiencia que define como agotadora y frustrante. Reconoce que había enlazado trabajo tras trabajo durante treinta años sin descanso, hasta que llegó el cierre de Sálvame. Esa pausa forzada fue, en sus propias palabras, el momento de empezar a tomar decisiones más conscientes sobre su salud mental. “Mi repre, que es como mi hermano, me dijo: ‘¿te das cuenta de que estás desquiciada?’. Jorge Javier siempre me decía que tenía que ir a un psicólogo, y pensé que era el momento”, relata. La grabación del documental de Netflix sobre Sálvame y la salida de su libro se convirtieron entonces en válvulas de escape para una Lydia más vulnerable pero también más reflexiva.

Cuando TVE contactó con ella a través de Eduardo Blanco, ella ya intuía que no iba a ser un camino fácil. “Yo dije: ‘¿yo en TVE?’. Pero me lo pasé en Mañaneros que te mueres”, recuerda. Sin embargo, al enterarse de que el equipo iba a saltar completo a la cadena pública, supo de inmediato que habría muchas limitaciones. “TVE es un terreno muy duro, muy duro y hay mucha línea roja. Tú no puedes hablar como si estuvieses en una privada”, advirtió entonces a sus compañeros. Según afirma, sus advertencias no fueron tomadas en serio, aunque el tiempo le acabaría dando la razón. “Yo les dije a todos: somos cinco, seis, siete caballos desbocados que nos meten en una cuadra, y nadie se dio cuenta de mi titular”.

Lydia describe una tensión creciente en el plató desde el primer día. Asegura que las dinámicas televisivas habituales del equipo no eran compatibles con el estilo de trabajo de la cadena pública. “Nos decían que nos moviéramos, pero en TVE los cámaras no se mueven. Yo lo sabía porque me levantaba en Mañaneros y el cámara llamaba al director para echarle la bronca. Nos aguantaron, pero eso de estar moviéndonos todo el rato… yo sabía que eso no”, explica. A pesar de que intentó adaptarse, no tardó en darse cuenta de que aquella aventura profesional no le estaba haciendo bien. “Yo estaba deseando que se acabara”, confiesa con rotundidad.

Atrás

Publicidad